LA CATASTROFE

Fue un desastre sin precedentes para las Fuerzas Armadas. A las 3.30 de la madrugada (hora local) del 26 de mayo del 2003, un avión ucraniano Yakovlev 42 se estrelló con 62 militares españoles a bordo al noreste de Turquía. Regresaban a España desde Afganistán. El ministro de Defensa, Federico Trillo, voló aquel mismo día al lugar del siniestro y achacó el suceso a "las circunstancias meteorológicas".

LA TORMENTA POLITICA

El funeral, el 28 de mayo en Torrejón de Ardoz, fue un anticipo de la tormenta política que se cernía en el horizonte. Los familiares increparon a José María Aznar y, sobre todo, a Trillo, al que acusaron de hacer volar a las víctimas en aviones inapropiados.

LAS ELECCIONES

Durante la campaña de las elecciones del 14-M, la polémica renació con fuerza. Los familiares tenían fundadas sospechas de que Defensa sabía que se habían identificado incorrectamente los cadáveres.

LA JUDICIALIZACION

Pasadas las elecciones, el 15 de julio la Audiencia Nacional decide investigar el accidente aéreo del Yak-42.

EL CHOQUE POLITICO

En un debate tenso como pocos, Trillo y su sucesor, José Bono, se enfrentaron en el Congreso el pasado 21 de septiembre al analizar las causas del siniestro. De aquel choque ha quedado, sobre todo, una dura acusación. "Por el ahorro despreciable de 6.000 euros" --dijo Bono-- los militares fallecidos volaron en tan pésimas condiciones.