La Audiencia Nacional condenó ayer a 20 años de cárcel a los autores del atentado contra el entonces presidente de las Juventudes Socialistas de Euskadi, Eduardo Madina, y les impuso una de las indemnizaciones más altas dictadas por el tribunal: tres millones de euros.

Los jueces recuerdan que Iker Olabarrieta y Asier Arzallus colocaron una bomba lapa en el vehículo del ahora diputado socialista, que explotó en febrero del 2002. Ese día, Madina no revisó el coche como hacía todos los días. Tras conducir 10 kilómetros, la bomba estalló. Madina perdió una pierna y tardó más de seis meses en recuperarse. Su madre, de 49 años, falleció unos meses más tarde.

El tribunal resalta la valentía del joven, que, durante la vista, relató "con claridad, precisión y extraordinaria entereza" su dramática experiencia. Y subraya que el atentado truncó la carrera deportiva de Madina y los padecimientos psíquicos de su familia. "En mi casa se hizo de noche", declaró. Por ello, los jueces imponen una alta indemnización.

El tribunal castiga con tres años de prisión a Gaizka Olabarrieta y Gorka Aztiria por encubrir a su primo Iker que huía de la policía, pero la pena es menor porque no se ha podido probar que supieran que era de ETA.