Se desbordaron las previsiones de asistencia. El primer acto de homenaje institucional a las víctimas de la batalla del Ebro reunió ayer a más de 3.000 personas, una cifra que obligó a repetir el acto central en el polideportivo de Gandesa (Tarragona) a fin de que pudieran presenciarlo todos los asistentes. El homenaje sirvió asimismo para presentar la remodelación del Memorial de Les Camposines, en el término municipal de La Fatarella, donde desde ayer se pueden leer, en una treintena de placas, los nombres de 1.145 víctimas de la batalla más cruenta de la guerra civil, en representación de los más de 20.000 soldados que murieron en el frente del Ebro.

Particularmente emotiva resultó la intervención de Joan Carles Vilalta, nieto de un desaparecido en el frente del Ebro, que se mostró conmovido por haber podido leer, por vez primera, el nombre de su abuelo escrito en la placa de homenaje.