La seguridad que promete José Luis Rodríguez Zapatero está más orientada a prevenir que a perseguir el delito. Para ello, el candidato socialista propone un plan de choque de tres años para modernizar los equipos policiales, crear 36.000 nuevos puestos de agentes de la ley y sacar a 4.500 policías y guardias civiles a la calle de los que actualmente desarrollan funciones administrativas. Y más comisarías, al menos una por cada población o barrio de 30.000 habitantes. Para simbolizar su compromiso con la seguridad, se propone cambiar el nombre al actual Ministerio del Interior, que pasaría a ser de la Seguridad.

La coordinación entre los cuerpos policiales se garantizaría con un mando único, que sería el director general de la seguridad del Estado. También propone el líder socialista reformar el régimen disciplinario de la Guardia Civil, que dejaría de ser un cuerpo militar, y todos sus miembros tendrían derecho de asociación profesional. S.G.