Cuando el hombre llegó a la luna, en 1969, Manuel Fraga Iribarne llevaba 18 años de carrera política. Han pasado 35 años. Treinta y cinco desde que Neil Armstrong bajó de la nave espacial. Porque desde el día en que Fraga se subió a un coche oficial han pasado 53.

El presidente gallego, que días atrás confirmó que quiere presentarse a la reelección en las autonómicas previstas para el 2005, fue elegido secretario general del Instituto de Cultura Hispánica en 1951. Faltaban 10 años para que se erigiera el muro de Berlín. Cuando éste fue derribado, en 1989, Fraga empezaba lo que parecía un dulce retiro, llamado a ser breve, como presidente de Galicia. Pero sólo lo parecía.

Marcas inigualables

Tras ganar cuatro veces las elecciones gallegas, el exministro de Franco se propone lograrlo una quinta. Si lo consigue, afrontará un mandato que acaba en el 2009. Para entonces tendrá 87 años. Y casi 60 de carrera política.

Su longevidad política se antoja insuperable, pero como presidente autonómico todavía está lejos de alcanzar a sus mayores . Lejos queda la época en que el exministro-presidente de Renania-Westfalia, Johannes Rau, era ejemplo de permanencia, con 20 años en el cargo.

Los veteranos

Ya retirado, Jordi Pujol le supera, con 23 años al frente de la Generalitat. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura desde 1983, llevará 24 cuando agote su mandato en el 2007. Manuel Chaves, en Andalucía, y el expresidente castellano-manchego José Bono, completan el póquer de mandatarios autonómicos resistentes.

No es fácil determinar qué ha hecho posible este fenómeno de permanencia, que también se ha dado en algunas alcaldías. Algunos expertos apuntan varios motivos.

Ferran Requejo, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, subraya que los electores perciben de manera distinta los comicios legislativos, autonómicos y municipales. Las autonómicas y las locales, de "segundo y tercer nivel", prosigue el profesor, cuentan con una mayor abstención, lo que tradicionalmente se ha considerado una buena noticia para el candidato que gobierna.

"Cuando el electorado percibe que lo que está en juego no es muy decisivo tiende a votar de forma conservadora", explica Requejo, abundando en la idea de que los votantes consideran más relevantes algunas citas electorales.

¿Cuál es la clave para conseguir reelección tras reelección? El también politólogo y catedrático Francisco Pallarés considera que los presidentes autonómicos que han conseguido eternizarse en el cargo son "los que han sabido encarnar un proyecto. Los que han conseguido identificar su figura con la construcción autonómica". El caso más claro, dice este experto, es el de Pujol.

La ´identificación´

Pallarés afirma que el fenómeno de la identificación se da también en los municipios. Advierte de la influencia de otros factores, como la existencia o no de una oposición solvente. En el caso de Fraga, tiene una explicación sobre el motivo de que repita a su edad: "No sabían a quién poner en su lugar".

El profesor de Políticas Gabriel Colomé considera que políticos como Pujol, Fraga y Rodríguez Ibarra cuentan con un "electorado personalista" que no vota al partido sino al candidato, lo que, destaca, complica su relevo después de periodos tan largos en el poder.

Sin embargo, el profesor precisa que el electorado no teme que se eternicen en el cargo, por ser el español un sistema parlamentario, no presidencialista, que contempla una serie de medidas de control que permitirían desalojar a un mal gestor en un caso extremo. Partiendo de este dato, Colomé califica de "perversión democrática" la tendencia a pensar que un político con amplia experiencia tiene que retirarse.

"Se ha quemado muy rápido a la generación de la transición", dice, antes de advertir que si Felipe González (60 años) viviera en China, "hoy estaría en las juventudes comunistas". En cuanto a Fraga, se pregunta: "¿Por qué le va a sustituir el PP si gana elecciones?".