Touriño compareció ayer en el Parlamento con un traje de raya diplomática acorde con el discurso de modernización contenido en los 76 folios que leyó en una hora y media, casi sin interrupciones. Ni su socio de Gobierno, el nacionalista Anxo Quintana, ni el líder de la oposición, Manuel Fraga, quisieron valorar el texto. Sí trascendió que en el BNG estaban muy satisfechos, no sólo porque vieron reflejados en el discurso los puntos más importantes de la negociación, sino porque habló de Galicia como una "nacionalidad" y reconoció la deuda histórica. El PP consideró el discurso "poco elegante".