AJosé Luis Rodríguez Zapatero le salió ayer un aliado incómodo en un momento en que el PP ha hecho subir de nuevo al máximo la presión sobre el Gobierno a cuenta del traslado a Euskadi del etarra Ignacio de Juana Chaos. El portavoz de Askatasuna, la organización ilegalizada de ayuda a los presos de ETA, Juan Mari Olano, reconoció la "difícil" decisión que ha tomado el Gobierno a pesar de la presión "de la extrema derecha".

En un inusitado tono cordial, Olano, uno de los líderes aberzales más radicales, ofreció su colaboración a Zapatero para seguir dando pasos en política penitenciaria. En concreto, reclamó la puesta en libertad de seis reclusos gravemente enfermos y el reagrupamiento de todo el colectivo en cárceles vascas, demandas que horas más tarde fueron secundadas por Batasuna.

Olano adelantó que la izquierda aberzale va a "pasar página" porque "no tiene ninguna intención de crearle problemas" al Gobierno español. El líder de Askatasuna compareció en San Sebastián junto a la compañera sentimental de De Juana, Irati Arantzabal, y otros miembros de colectivos de apoyo a los presos. Sin ocultar la satisfacción por el regreso a Euskadi del recluso tras 24 años, Olano afirmó que el preso podrá "hacer una vida absolutamente normal" cuando salga del hospital, un extremo que no se corresponde con la decisión de Interior, que prevé que De Juana cumpla el resto de la condena en arresto domiciliario. Olano aseguró que no tiene intención de pasarle a Zapatero "la bandera de la victoria por la cara" para no ofrecer "argumentos a la extrema derecha".

PRIMEROS ALIMENTOS De Juana comenzó a alimentarse el jueves a base de caldos. Aunque había anunciado que mantendría su huelga de hambre hasta quedar en libertad, Olano no vio ninguna contradicción en su cambio de postura. La novia del recluso admitió que no hay ninguna limitación para visitarle, más allá de las que impongan los facultativos. En cuanto a las medidas de seguridad, Askatasuna se limitó a pedir que se reduzcan al mínimo los controles.