La movilización de la izquierda aberzale alcanza mínimos históricos. Ayer, solo medio centenar de personas se sumaron en Hernani (Guipúzcoa) a una marcha de protesta contra la prohibición del juez Fernando Grande-Marlaska de celebrar varios actos lúdicos porque, según el auto, pretendían dar cobertura a un enaltecimiento de los presos de ETA. La minimanifestación fue disuelta por la Ertzaintza después de que los congregados desoyeran la orden de anular el acto.

La raquítica cifra de asistentes a la marcha en un feudo tradicional de Batasuna se registró apenas 24 horas después de que representantes del movimiento proamnistía y familiares de presos denunciaran en San Sebastián la "represión sin límites" en Euskadi y llamaran a la "unión de fuerzas" para combatirla.

La encendida apelación a participar en actos contra el "Estado de excepción" tuvo poco efecto. Apenas unas decenas se congregaron en Hernani para desfilar tras la pancarta contra la "represión judicial". La mayoría vestía indumentaria futbolística para recordar que el primero de los actos prohibidos por Marlaska era un partido de fútbol, al que seguía un almuerzo y una partida de mus.

La Ertzaintza vigiló de cerca a la escueta comitiva y, tras permitir su acceso a la plaza Nueva de la localidad, les instó a dispersarse. Tras la negativa, los agentes cargaron con material antidisturbios. Los congregados respondieron lanzando sillas y objetos. El enfrentamiento duró poco más de media hora.

SEPTIMO ATAQUE Sin embargo, los actos de kale borroka continuaron. Durante la madrugada del sábado provocaron un incendio en un párking de Rentería (Guipúzcoa), que afectó a nueve vehículos de Telefónica, cinco de los cuales quedaron calcinados. Es el séptimo ataque de los jóvenes violentos contra las mismas instalaciones.