Tenía que ser así: los pinchazos telefónicos que el martes reveló el juez del caso Palma Arena han dado la vuelta a la declaración del expresidente balear Jaume Matas, su esposa, Maite Areal, y Bartomeu Reus, expresidente de Gesa. El martes la sesión se suspendió porque los abogados de los Matas, Rafael Perera y Manuel Ollé, pidieron al juez José Castro tiempo para reconstruir la defensa. Y ayer, antes de que Reus empezara a declarar, Perera pidió que se extrajeran de la investigación las conversaciones grabadas entre él y sus clientes.

El abogado aludió a noticias radiofónicas: "He oído que el Supremo no admite las escuchas del caso Gürtel, así que pido la nulidad de las cintas". El letrado anunció que, si Castro no las retira, presentará un recurso porque esas escuchas "vulneran el derecho a la defensa". Perera sostiene que el hecho de que los Matas vivieran en EEUU imposibilitaba otra vía de comunicación que no fuese el teléfono.

NUEVAS DUDAS En los corrillos de los juzgados, los abogados evitaban posicionarse sobre la legalidad de los pinchazos. Algunos planteaban qué pasará con las informaciones que se derivan de estos. ¿Se anulará una grabación entre dos imputados que haga referencia a una conversación previa con uno de los abogados? Los letrados consultados respiraban porque sus clientes no aparecen en las grabaciones. En el Palma Arena, también llamado caso Espada en referencia a la bicicleta de Induráin, hay más de 50 personas llamadas a declarar.

El Diario de Mallorca reveló que las escuchas muestran que Matas intentó fabricar pruebas falsas para camuflar sus ingresos en negro. Ayer tenían que declarar Reus, Maite Areal y Matas. La intervención del expresidente no se hizo esperar mucho. A las 14.00 horas entraba en la sala. Antes lo había hecho Reus, quien negó que actuase como testaferro para Matas en el piso de lujo de Madrid y dijo que era de su propiedad. El juez sostiene que este inmueble, que costó más de un millón de euros, podría pertenecer a Matas. Reus presentó justificantes del pago de la comunidad y dijo que Matas le pasó la titularidad. Reus salió libre y sin medidas cautelares. Maite Areal se negó a declarar. Fue un visto y no visto. Salió de los juzgados y dejó solo a su marido, imputado en 9 delitos.

AUMENTO DE PATRIMONIO Como era de esperar, los pinchazos marcaron la controversia. Matas se negó a responder cualquier pregunta en la que se hiciera alusión a información extraída de estos. El juez condujo la declaración hasta donde la había dejado ayer con el cuñado del expresidente, Fernando Areal: al enriquecimiento de los Matas. El matrimonio triplicó su patrimonio entre el 2003 y el 2007. El expresidente basó su incremento patrimonial en sus ingresos y en las rentas familiares. Respondió que los 100.000 euros que su cuñado entregó como paga y señal por el piso de Madrid procedían de los ahorros de toda la vida de su mujer.

Tras la comida, la declaración se centró en el Palma Arena. Matas señaló al exdirector general de Deportes de su Gobierno, José Luis Ballester, como el único responsable de la gestión de la construcción del velódromo.

Tras seis horas de declaración, el interrogatorio se reanudará hoy. Falta por abordar la posible financiación ilegal del partido y por qué los Matas gastaron, entre el 2002 y el 2006, cuatro millones de euros sin mover de su cuenta más que 450 euros.