La Audiencia Nacional condenará a un marroquí residente en Padilla de Arriba (Burgos) a dos años y dos meses de cárcel y a la posterior expulsión a su país por viajar a Turquía en 2016 con la intención de pasar desde allí a Siria para unirse a las filas del Dáesh.

En la vista celebrada este lunes en la Audiencia Nacional, Ali Afarkhane ha llegado a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que ha reconocido todos los hechos y se ha mostrado arrepentido por haber intentado llegar hasta Siria para alistarse en la organización terrorista.

En virtud a su confesión, el Ministerio Fiscal le ha rebajado la petición de pena de siete a cuatro años de cárcel por un delito de integración en organización terrorista.

Será expulsado a Marruecos

De esos cuatro años, Afarkhane cumplirá 26 meses de cárcel, de los que le quedan por cumplir 14 meses en tanto que lleva en prisión preventiva desde que fue detenido en Valladolid el 26 de septiembre de 2016. Una vez transcurran esos 14 meses será expulsado a Marruecos.

Los terroristas no iban a suicidarse y planeaban varios días de atentados en Barcelona

El fiscal también ha solicitado la prohibición de entrada a España durante ocho años, así como tres años de libertad vigilada y diez de inhabilitación.

En tanto que la Fiscalía ha sido la única acusación presente en el juicio, el tribunal presidido por el magistrado Alfonso Guevara condenará al acusado a la pena solicitada por el fiscal y aceptada por el acusado.

Afarkhane, que vivía en Padilla de Abajo, un pueblo burgalés de 86 habitantes, se desplazó a Santander y desde allí recorrió 4.500 kilómetros en autobús hasta Gaziantep, una localidad turca en la frontera con Siria que es usada habitualmente por el Dáesh como puerta de entrada de combatientes.

El acusado "desapareció repentinamente" en abril de 2016 sin avisar al jefe de la explotación agropecuaria donde trabajaba y realizó ese viaje "pese a carecer de recursos económicos, ni siquiera para garantizar su mínima subsistencia", según el escrito de conclusiones de la Fiscalía que él mismo ha reconocido.

La entrada en Turquía

Entró en Turquía el 20 de abril, pero su plan se vio truncado cuando unos días después se produjo un atentado en una comisaría de la localidad y las fuerzas se seguridad realizaron una redada, en la que fue detenido e internado en un centro de extranjeros antes de ser expulsado a España el 4 de mayo.

Afarkhane siguió los manuales del Dáesh en los que se aconseja abandonar repentinamente el país sin móvil o posibilidad de contacto, mentir acerca de su estancia en el extranjero y decir que está en un viaje turístico si acaba siendo detenido -como así ocurrió-.

Terminó integrándose en la organización yihadista y a su llegada a España siguió mostrando interés por irse a Siria y consumía material adoctrinador yihadista y participaba en debates defendiendo ideales neosalafistas.

Cuando fue arrestado, la Policía encontró en su móvil una herramienta informática recomendada por el Dáesh con la que pirateaba redes wifi para evitar dejar rastro de sus datos de navegación.

También tenía "contenidos sobre adoctrinamiento yihadista" y en sus perfiles de Facebook y Twitter los agentes hallaron "búsquedas de perfiles de corte radical".