Vaya familia. Yusef Belhadj, que abrió el turno de declaraciones de ayer, se sienta en el banquillo como presunto portavoz de Al Qaeda y por haber reivindicado la matanza del 11-M en un vídeo encontrado en una mezquita de Madrid al día siguiente de la tragedia. Este acusado fue detenido en Bélgica en febrero del 2005.

Su sobrino, Mohamed Musaten, otro de los 28 procesados en este juicio, le ha acusado de haber recaudado dinero para la yihad y de haber lamentado que el atentado, concebido como represalia por la decisión del Gobierno de José María Aznar de participar en la guerra de Irak, no hubiera causado más víctimas.

Otro de los sobrinos del imputado, Brahim, también está procesado. Belhadj, que solo contestó a las preguntas del defensor, justificó a su sobrino Mohamed y atribuyó sus declaraciones al "miedo" que sintió al ser detenido. "Si yo estuviera en su lugar, a mi edad, con 30 años, también diría cosas así".

Sin embargo, durante su declaración incurrió en varias contradicciones que le restaron credibilidad. Explicó que viajó a Bélgica porque en aquel país vivían cinco de sus hermanos --cuatro hombres y una mujer-- pero que luego decidió venir a Madrid para regularizar su situación.

El imputado explicó que se trasladó a España en los años 2000, 2002 y 2004. La primera ocasión explicó que fue para visitar a otra de sus hermanas, que estaba hospitalizada, y las otras veces para conseguir el permiso de residencia. "Aquí era relativamente más fácil que en Bélgica porque solo había que presentar un contrato de trabajo", explicó. Sin embargo, cuando presentó los papeles se empadronó en la casa de otro marroquí. "En mi familia son muchos", explicó.

MARCHA PRECIPITADA Belhadj, que en su tercer viaje llegó a Madrid en febrero del 2004, se marchó "precipitadamente", según la fiscal, tras dar las últimas instrucciones a la célula que cometió el atentado. El acusado lo negó. Tras condenar los atentados y presentarse como un "musulmán normal" negó con un reiterado no conocer al resto de los imputados. Asimismo, desmintió que hubiera colaborado en el 11-M o que ayudara a los implicados a huir. Negó también ser la persona que reivindicó la masacre en un vídeo, tal y como asegura la fiscalía.