"Nunca, nunca, nunca" fueron las palabras más repetidas por el supuesto inductor de la matanza de Madrid, Rabei Osman, El Egipcio, a preguntas de su abogado, Endika Zulueta. El imputado recurrió a ese adverbio para negar su relación con el 11-M, para rechazar que indujera a otras personas a cometer los atentados e, incluso, para condenarlos. Con este testimonio arrancó, casi 1.000 días después de la matanza de Madrid, el juicio contra los 29 imputados, que se enfrentan a una petición del fiscal de 270.885 años de cárcel.

Las víctimas optaron, en su mayoría, por no ir. La teoría de la conspiración, que intenta vincular a Al Qaeda con ETA, apareció en las preguntas del abogado de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Emilio Murcia.

El juicio comenzó con media hora de retraso. La sala de vistas estaba completamente llena, a diferencia del pabellón habilitado para los familiares y las víctimas de la mayor matanza acaecida en Europa desde la segunda guerra mundial, que estaba vacía. El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, imprimió un ritmo trepidante y frustró las intentonas de varios letrados de retrasar el inicio del interrogatorio a El Egipcio.

Los delitos Osman fue informado de las acusaciones que pesan contra él: 191 asesinatos, otros 1.825 frustrados, dos abortos consumados, un delito de pertenencia a organización terrorista y cuatro de estragos. El presidente del tribunal le preguntó si se declaraba inocente o culpable. Osman, en ese momento, se limitó a negar las acusaciones y a anunciar, "con todo el respeto", que no pensaba contestar ninguna pregunta, tampoco las de su defensor.

El abogado pidió entonces cinco minutos para hablar con su cliente en privado, y logró convencerle para que contestara a sus preguntas. Sin embargo, ni el defensor ni el imputado desvelaron ese acuerdo. Por ello, la fiscal Olga Sánchez, las acusaciones populares y particulares y las defensas leyeron todas sus preguntas, que quedaron sin respuesta. Ante esta situación, el tribunal optó por dar lectura a la declaración judicial de El Egipcio ante el juez Juan del Olmo, el 13 de diciembre del 2004. Un trámite que se prolongó durante más de una hora.

Rectificación La sesión se interrumpió tras esa lectura y se reanudó por la tarde, tras la comida. Rabei Osman, examinado por un médico forense que dictaminó que estaba en perfectas condiciones para declarar, marcó desde el inicio el tono del interrogatorio. "Nunca, nunca, nunca he tenido relación con este acontecimiento el 11-M".

Luego añadió: "Nunca, nunca he inducido a ninguna persona ni a ningún grupo a cometer el atentado". Por si no había quedado claro, remachó: "Lo reitero". Tras explicar que se ha sometido voluntariamente a una prueba de ADN, a la toma de huellas y a una prueba caligráfica en "árabe y en lengua latina", condenó "incondicional y completamente" la masacre.

La condena "Obviamente, condeno esos atentados. Es una convicción que tengo clara y absoluta", subrayó. También rechazó los atentados de Londres del 2005 y de Nueva York del 2001. Asimismo, dijo que "nunca, nunca, nunca" ha tenido conocimientos sobre explosivos, ya que cuando hizo el servicio militar en Egipto realizó tareas administrativas. Y negó "cualquier vinculación con Al Qaeda o con otro grupo terrorista islamista".

Osman explicó que salió de supaís en 1999, “como cualquierjoven árabe que quiere mejorarsu situación económica”. Viajó aPolonia con escala en Alemania,país en el que se quedó para viajara París en tren. Sin embargo,fue detenido por la policía francesay deportado a Alemaniadonde estuvo en prisión. En el2001 se trasladó a Madrid “porquese decía que se había abiertoun periodo de regularización parainmigrantes ilegales”. El pasaporteEn nuestro paíscontrajo matrimonio y malvivióen la calle. También renovó supasaporte egipcio, ya que enEgipto no había tenido problemascon la policía ni con la justicia.“Solo tenía multas impagadas”,manifestó. Tras repudiar asu mujer se marchó a Francia enel 2003 y a finales de ese añoacabó en Milán. En esa ciudadfue detenido en junio del 2004,tras haberse declarado inductordel 11-M en una conversacióncon un joven al que, según la fiscal,adoctrinaba como terroristasuicida. Las conversaciones seránoídas este fin de semana por Osman,su abogado y un traductor.La declaración de El Egipcio sereanudará el lunes.La declaración de Osman fueinterrumpida varias veces por elpresidente del tribunal, quejuzgó impertinentes varias preguntasdel defensor. GómezBermúdez quiso evitar las cuestionesreferidas al islam, lo quemotivó la protesta del letrado. Las creencias Pese a ello, elimputado confesó: “Gracias aDios soy musulmán y ejerzo lareligión de forma normal, no extrema”.Hasta hizo su definicióndel islam: “Es una religión depaz que se expresa con nuestrossaludos. Salaam significa paz”.El juicio continuará hoy y,previsiblemente, será interrogadoYusef Belhadj, acusado de reivindicarel 11-M.