Un contrasentido. Los 27 acusados de integrar Gestoras pro Amnistía --organización de apoyo a los presos de ETA-- renunciaron ayer a ejercer su derecho de defensa tras pronunciar una soflama contra el Estado y la Audiencia Nacional. El tribunal, presidido por Teresa Palacios, les permitió expresar sus proclamas políticas sin cortapisas. Sin embargo, al final de la sesión defendió el papel de la Audiencia Nacional. "No juzgamos ideologías", afirmó.

El líder de esta organización, Juan María Olano, que abrió el turno de los interrogatorios, estableció la estrategia de los acusados en este juicio. Todos se negaron a contestar a las preguntas del fiscal y de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). A preguntas de sus defensas, hicieron un alegato en contra del Estado y defendieron el derecho de los vascos a decidir su futuro.

"Este tribunal está a miles de kilómetros de la imparcialidad", afirmó Olano. Este imputado aseguró que el proceso responde a un "impulso político". Y añadió: "No espero justicia ni aquí ni ahora. Este tribunal me va a condenar, pero no me va a juzgar". Por esta razón, anunció que renunciaba a la defensa. "No quiere participar en esta farsa", concluyó.

EL PUEBLO VASCO El resto de los acusados repitieron la misma puesta en escena. Julen Zelarain acusó a la Audiencia de ser "una parte del poder del Estado" y de "unirse" a la estrategia de represión. Aitor Angel Alvarez dijo que no confiaba en este proceso. "No creo en el papel de esta Audiencia", señaló. Otros acusados fueron más allá al afirmar que solo pueden ser juzgados por el pueblo vasco y "no por un tribunal extranjero", como afirmó José María Olabarrieta.

La vista quedó aplazada hasta el lunes. La presidenta del tribunal cerró la sesión con una defensa cerrada de la Audiencia. "Se juzga a un grupo de personas, no a la Audiencia Nacional".