Comenzó ayer el 14º congreso del PP de Madrid. Esperanza Aguirre opta a la reelección como presidenta de esta organización --la suya es la única candidatura al cargo-- y se ha hecho un partido a su medida para los próximos tres años. Nadie le ha puesto peros. Todos le garantizan su apoyo. Ella es la jefa y ejerce como tal. En su equipo están los que le han sido fieles en los tiempos de batalla con Mariano Rajoy. La sorpresa es la incorporación de la exestrella electoral Manuel Pizarro y del exconsejero Manuel Lamela, que en los previos al cónclave nacional se acercó al jefe del PP. Demasiado, según Aguirre. Esa traición, unida a un reajuste en el Gobierno autonómico, le costó su puesto. Ahora, la presidenta le da una oportunidad de redención y un lugar en su ejecutiva.

A FAVOR DE LA PRIVATIZACION Pero no solo de nombres propios se va a hablar en este congreso regional: se aprobarán una serie de documentos internos basados principalmente en el ideario liberal, y que abogan por impulsar la privatización en tiempos de crisis económica.

Se puso ayer en marcha el congreso que coloca a Aguirre en la posición idónea para repetir, en las próximas autonómicas, como candidata a presidir Madrid. Y, precisamente, que Aguirre se conforme con quedarse en Madrid es la hipótesis que, sin duda, más conviene a Rajoy y a otros con ambición de llegar a la Moncloa desde las filas del PP.

Por eso, es más que previsible que el líder de la oposición aproveche su discurso de clausura en este congreso para lanzar un mensaje conciliador. El trueque es claro: total respaldo a Aguirre y sus planteamientos a cambio de paz interna en el partido.

Lo que está por ver es si esa paz es definitiva o coyuntural y si irá a más --o no-- el último enfrentamiento de la presidenta con el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón a cuenta de la privatización del Canal de Isabel II. De momento, Aguirre saldrá de este cónclave reelegida y acompañada. Hasta Rodrigo Rato hizo un hueco en su agenda para darle respaldo y cosechó una cálida ovación de los asistentes.

Mientras, la dirección nacional del partido conservador ha puesto en marcha una nueva idea para combatir la crisis económica. El PP invita a los ciudadanos a enviarle un vídeo sobre la situación política y económica. El ganador ganará un almuerzo con Rajoy. El PSOE denuncia que se trata de una iniciativa que frivoliza la crisis y falta al respeto a las personas que la sufren. El PP alega que solo pretende abrirse a los ciudadanos a través de internet.