Esperanza Aguirre demostró ayer que no está dispuesta a ceder terreno ante Mariano Rajoy, por muchas invitaciones que este pueda hacerle a abandonar el partido. Ella, aferrándose a la literalidad de sus palabras, intenta jugar con la prensa y con sus compañeros de filas insistiendo en que la frase "voy a defender una candidatura alternativa en el congreso de junio" no ha salido de su boca. Es cierto. Pero también que se cuida, y mucho, de mostrarse lo suficientemente ambigua a este respecto para no cerrarse ninguna puerta.

Ni Aguirre ni sus colaboradores quieren dar por bueno, al menos de momento, el verbo "descartar". Valga como ejemplo lo que sucedió, anoche, en 59 segundos (TVE-1): tras reiterar que nunca ha dicho que vaya a ofrecerse para dirigir el PP, se le pidió que especificase si esa decisión era inamovible. "Pues no, oiga, no", sentenció.

Esa es su forma de presionar a la actual dirección popular. ¿Con qué objetivo? Pues, según insinuó anoche, con el de convencer a los que mandan de que, a su juicio, no se puede solicitar confianza, tras la derrota del 9-M, sin autocrítica, nuevo proyecto y un equipo de consenso.

CAMPS Y LA PARTIDA DE MUS Pero el día fue largo para Aguirre. Por la mañana, recibió a su homólogo valenciano, Francisco Camps (conocido defensor de Rajoy). Se reunieron durante hora y media para hablar, según versión oficial, de los problemas de agua, AVE y financiación. Luego, ofrecieron una rueda de prensa. Se le preguntó a Aguirre si tenía intención de presentar candidatura. Ella se mantuvo en su ambigüedad: "Como jugadora de cartas que soy, de póquer y de mus, para poder descartarse tienen que darse las cartas. Y es que las cartas no se han dado".

También se le pidió que aclarase si había interpretado que Rajoy quería echarla del partido cuando anunció la frase "si alguien se quiere ir al partido liberal o conservador, que se vaya". "No puedo creer que el presidente de mi partido quiera echarme", dijo. Pero agregó que dado que "todos" los medios de comunicación lo habían interpretado en esa línea, sería "muy bueno" que Rajoy lo aclarara.

A primera hora de la tarde, Rajoy transmitía a la prensa que Aguirre es "un activo" del partido y que "jamás" se le había pasado por la cabeza que debiera marcharse a otra formación.