A muchos les pareció ingenioso que el pasado miércoles el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, hablara en su discurso en el entierro de la sardina del triunfo de una doña Cuaresma de "gesto agrio y estricta conducta". Y les pareció ingenioso porque la identificaron con la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre. Pero esta no se da por aludida y dijo ayer que es momento de "acabar con el carnaval y hacer campaña electoral".