Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre compartieron mantel y conversación "política" el miércoles, según apuntó la presidenta de la Comunidad de Madrid. El intentó mostrarse amable y relajar tensiones. No en vano el congreso del partido está cerca y no quiere atragantarse con una candidatura de peso alternativa a la suya. Sin preguntar directamente a su interlocutora por sus intenciones al respecto, reconoció el derecho de cualquier militante del partido a presentarse y optar a la presidencia de la organización. También el de ella. "Si me presento, te garantizo que tú serás el primero en saberlo", le respondió una ambigua Aguirre, según relata su entorno.

Cuando a esas mismas fuentes se les pregunta si Aguirre, realmente, se atreverá a dar el paso, contestan con más ambigüedad aún. Y aunque se reconocen sabedores de la oposición que encontrarían en otras sedes regionales del partido --especialmente en la Comunidad Valenciana y Andalucía--, recalcan que, "a día de hoy", no se descarta nada, "pese a que ella quiere seguir en el Gobierno de Madrid".

EL ORIGEN DE LA CITA Pero, ¿cómo se llega a fraguar la cita Rajoy-Aguirre después de meses de desencuentro? A saber. A comienzos de semana, surgió la hipótesis de que el relevo de Angel Acebes al frente de la secretaría general del partido podría ser Alberto Ruiz-Gallardón. La jugada, a priori, parecía encajar difícilmente en el puzle popular que está montando Rajoy, dadas las relaciones que ambos mantienen después de que el líder del partido excluyese al alcalde de Madrid de su candidatura al Congreso.

No obstante, esa tesis hizo sonar todas las alarmas en los despachos de los colaboradores de Aguirre, ya que el periodista que la había difundido --ahora responsable de un periódico de Madrid-- fue director de gabinete de Rajoy, por lo que se le presupone buena información.

Cuarenta y ocho horas después, Aguirre, que hace unos meses llegó a amenazar con dejar la presidencia de la comunidad si Gallardón figuraba en la candidatura al Parlamento, recibió una invitación para comer en un conocido restaurante de la capital. El que se ofrecía a pagar el homenaje gastronómico: el propio Rajoy. El motivo: intentar firmar la paz con la responsable del PP de Madrid. El resultado: el líder del partido negó a Aguirre que tuviese en mente el nombre de Ruiz-Gallardón. La presidenta madrileña garantizó lealtad a la hora de comunicar su decisión sobre la candidatura alternativa, sea cuál sea.

CANDIDATURA DE DESGASTE No obstante, ya son varios los dirigentes del partido que se atreven a hacer apuestas, con aquel que les pregunta, sobre candidaturas alternativas. "Haberla, la habrá. A la vuelta de quince días", apuntan. No obstante, mientras unos vaticinan que Aguirre "se dejará convencer" o que "utilizará los rumores sobre Gallardón como coartada para rascar apoyos en provincias", otros hablan de candidatura de desgaste . O lo que es lo mismo: una lista alternativa a la de Rajoy que, encabezada por un "Zapatero del PP o similar", no busque imponerse, sino demostrar el malestar por los últimos cambios, debilitar al actual presidente y avisarle de que, de junio en adelante, no tiene las manos tan libres como cree para actuar.

Habrá que esperar acontecimientos para ver quién gana las apuestas. Por el momento, Rajoy asegura que se tomaría "con toda naturalidad" la existencia de otra candidatura diferente a la suya; que le parece "verdaderamente sorprendente" que se diga que Gallardón puede ser su secretario general o que "nadie" en su partido le haya transmitido a él su disgusto por la renovación emprendida. Y, cuando se le preguntó en rueda de prensa en La Zarzuela, tras verse con el Rey, si pensaba dar cabida en su equipo a Manuel Pizarro o Esteban González Pons, espetó: "Sé lo que tengo que hacer".