El PP presentará hoy al PSOE y a IU una propuesta para acordar la inmediata disolución de la Asamblea de Madrid, renunciando a elegir presidente de la comunidad, y convocar nuevas elecciones para una fecha que a todos les "parezca conveniente", según explicó su candidata, Esperanza Aguirre.

Esta medida, que a juicio de los populares sería la más "razonable", es un nuevo intento de cerrar la crisis mediante una fórmula que, en principio, podría dar al PP la mayoría absoluta. Aguirre descartó presentarse a la investidura. El PSOE replicó que no aceptará "ningún cambalache" que no respete el Estatuto de Autonomía, el cual no contempla la fórmula que propone el Partido Popular.

AGOTAR EL PLAZO

Mientras los populares centran su estrategia en un pronto regreso a las urnas, el candidato socialista, Rafael Simancas, pide más tiempo. Ayer reiteró que "no renuncia a ser candidato", pero que no está dispuesto a presentarse a la investidura mientras ocupen sus escaños los diputados traidores, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez.

Por ello Simancas solicitó a la presidenta de la Asamblea, Concepción Dancausa, que se agoten los dos meses previstos para la investidura antes de convocar nuevas elecciones. El PP lo rechazó de inmediato.

Según fuentes socialistas, Simancas confía en que los dos diputados traidores acaben tirando la toalla ante la presión social, política y judicial que les pisa los talones. Simancas quiere "dar más tiempo a que la trama de corrupción siga aflorando", y a que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid acepte la petición contenida en la querella del PSOE para que les suspenda provisionalmente como parlamentarios.

Después de diseñar con la cúpula socialista, el miércoles, un calendario que pasaba por someterse a la investidura para convocar elecciones a continuación, Simancas rectificó y exhibió ayer su voluntad de administrar los tiempos de esta crisis. Fuentes de la FSM consideran necesario que su candidato sea más cauto en el anuncio de sus decisiones "porque las circunstancias van cambiando".

La posibilidad, remota, de que corra la lista del PSOE y los siguientes candidatos ocupen los escaños de los traidores puso en guardia al PP. El diputado Luis Eduardo Cortés dijo que si renunciasen a sus actas, "éstas estarían absolutamente contaminadas y bajo sospecha", aludiendo a que si dimiten sería para evitar que siguieran adelante las querellas.

OPORTUNIDAD PARA RENUNCIAR

El candidato de IU, Fausto Fernández, en coincidencia con la posición del socialista, reclamó a la presidenta de la Cámara que no disuelva antes de dos meses, que contarían desde el 27 de junio. A su juicio, hay que dar una nueva "oportunidad" para que Tamayo y Sáez renuncien a sus actas. A la vista del bloqueo, Concepción Dancausa consultará ahora a los servicios jurídicos de la Cámara.

EL PAPEL DE BALBAS

José Luis Balbás, líder de Renovadores por la Base, suspendido de militancia en el PSOE a raíz de la traición en la Comunidad de Madrid, contrató en persona un servicio de protección para los diputados rebeldes, Eduardo Tamayo y Teresa Sáez.

La protección comenzó el mismo día que Tamayo y Sáez consumaron la traición. Ambos se movieron por la ciudad en un Peugeot azul, acompañados por el escolta. La empresa retiró el servicio porque Balbás no cumplimentó los requisitos del Ministerio del Interior para la prestación del servicio.