Alberto Ruiz-Gallardón se encuentra en apuros por la trampa financiera en la que ha metido al Ayuntamiento de Madrid y su principal enemiga (dentro y fuera de su partido), Esperanza Aguirre, no ha dejado pasar la oportunidad de clavarle la puntilla. El alcalde de la capital había salido trasquilado el pasado miércoles de su visita a la Moncloa, donde José Luis Rodríguez Zapatero le negó la ayuda del Gobierno para hacer frente a su astronómico endeudamiento y, ayer, la presidenta de la Comunidad de Madrid le espetó que la solución está en sus manos. Para ahorrar le bastaría, aseguró, con sacar a subasta y vender parte del "inmenso patrimonio" inmobiliario del consistorio madrileño.

"No veo por qué las concejalías tienen que estar situadas en los sitios más caros de Madrid. Ya se lo dije a Juan Bravo concejal de Hacienda. Le recomendé que se convierta en Juan Mendizábal el impulsor de la desamortización del patrimonio eclesiástico de España en el siglo XIX. No se lo dije a Gallardón, pero se lo digo ahora también. Estoy segura que se puede reagrupar la administración municipal. Las empresas lo han hecho". Todas estas recomendaciones le hizo Aguirre a Gallardón para que no se vea obligado a "dejar de pagar a los proveedores" y dejar a más "trabajadores en paro", como el alcalde ha advertido tras la negativa de financiación del Gobierno.

Poco después que de que Aguirre hablara --las declaraciones la hizo en una entrevista a RNE--, Gallardón convocó una conferencia de prensa, pero no hizo mención alguna a esos consejos envenenados. Se limitó a criticar la "discriminación" a la que es sometido por el Ejecutivo central y a sacar pecho porque este no "impedirá" al ayuntamiento de la capital de España cumplir sus objetivos y "liderar la recuperación económica del país".

CRITICAS DE BARCELONA Quien sacó pecho con más fundamento fue el alcalde de Barcelona. Jordi Hereu aplaudió la decisión de Zapatero porque, a su juicio, "ayudar a Madrid sería una gran injusticia para el resto de ayuntamientos que hemos hecho los deberes". Los apuros por los que pasa el consistorio madrileño vienen a poner de relieve la gestión inmaculada que en el terreno económico ha llevado a cabo un alcalde como Hereu cuyas cotas popularidad son muy inferiores a las de su homólogo de la capital. La deuda del ayuntamiento de Gallardón es diez veces superior a la de Barcelona. 7.145 millones de euros contra 794.

"No se puede ahora refinanciar la deuda e incentivar a aquellos ayuntamientos que han tenido políticas de enorme alegría en el pasado y que ahora quieren que lo paguemos entre todos", remachó Hereu, en consonancia con varios ministros del Gobierno los vicepresidentes Elena Salgado y Manuel Chaves entre ellos que salieron a defender la negativa de Zapatero.

"Gallardón no puede tener barra libre para endeudarse, poniendo en peligro los objetivos de déficit de España", argumentó el vicepresidente de Política Territorial.