La nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, admitió ayer tener "discrepancias" con el alcalde madrileño, su compañero de partido Alberto Ruiz-Gallardón, aunque aseguró que eso no significa "que no se puedan resolver".

Aguirre intentó rebajar ayer la tensión con Ruiz-Gallardón tras los desaires mutuos que se han dedicado en los últimos días. Primero fue la propia Aguirre quien, el pasado viernes, vetó, en el acto de su toma de posesión, la intervención de su predecesor en el cargo y ahora alcalde de la capital. Al día siguiente, Ruiz-Gallardón no acudió a la jura del nuevo Gobierno autonómico, alegando que no había recibido ninguna invitación. Según fuentes próximas a la presidenta madrileña, no se cursó ninguna de forma expresa, ni a Ruiz-Gallardón ni a nadie.

BUSCAR UNA SOLUCION Aguirre, que ayer visitó un albergue para indigentes, con motivo de la celebración en Madrid del Día de las Personas Sin Techo, confesó a los periodistas que el sábado había hablado con su compañero en las filas del PP "para tratar de acabar con esta situación". Dijo que son "amigos desde hace 20 años" y que la amistad "está por encima de todo".

"Lo que ocurrió (el sábado), según me explicó Alberto --relató ayer Aguirre--, es que las ediciones digitales de los periódicos titularon: Gallardón devuelve la bofetada a Aguirre. Y yo le dije: ´Alberto, si esto lo dices así, parece que no te han invitado a ti, pero sí a otros´". A la pregunta de si responsabilizaba a los medios de la polémica, añadió: "Yo no le echo la culpa a nadie, aunque entiendo que el tema tenga un interés estupendo para ustedes".

"Yo no me voy a pelear con Gallardón. Es amigo y le quiero mucho, aunque comprendo que esté especialmente sensible y emocionado en el día de su relevo, después de ser un excelente presidente durante ocho años", aseguró Aguirre.

El equipo del alcalde cree que Aguirre "quiere borrar" la etapa de Ruiz-Gallardón al frente del Gobierno autonómico.