Fue una auténtica sorpresa que el fiscal general, Cardenal, se saliese hace unos días de la ortodoxia aznariana para dar la razón al Parlamento vasco en su negativa a disolver el grupo parlamentario de Batasuna. Conocido el personaje, se esperaba de un momento a otro un movimiento pendular hacia el pensamiento único. Ahí está: tilda al Gobierno vasco de "paladín de Batasuna". Lamentable.¿No hay modo de que algunos altos cargos guarden el respeto debido a las instituciones del Estado aunque éstas estén regidas por nacionalistas?Más información:La Fiscalía del Supremo califica a Ibarretxe de "paladín" de Batasuna Cardenal se saliese hace unos días de la ortodoxia aznariana para dar la razón al Parlamento vasco en su negativa a disolver el grupo parlamentario de Batasuna. Conocido el personaje, se esperaba de un momento a otro un movimiento pendular hacia el pensamiento único. Ahí está: tilda al Gobierno vasco de "paladín de Batasuna". Lamentable.¿No hay modo de que algunos altos cargos guarden el respeto debido a las instituciones del Estado aunque éstas estén regidas por nacionalistas?

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