En la reciente presentación de la campaña Saca tarjeta roja al maltratador , un aluvión de periodistas rodearon a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, para preguntarle no por la campaña que reúne a una treintena de caras conocidas, sino sobre su supuesta intención de crear una asignatura universitaria sobre feminismo. Aído había pedido más visibilización del papel de las mujeres en todas las disciplinas, tal y como marca la ley de igualdad, pero medios y colectivos conservadores habían malinterpretado una vez más sus palabras, para sacrificarla. Esta anécdota demuestra el escrutinio constante al que es sometido la ministra desde que empezó.

Aído se ha convertido en la Magdalena Alvarez de la pasada legislatura y la Esperanza Aguirre de la primera etapa de Aznar. Los ataques han sido de tal dureza que, según dirigentes del PSOE, en solo dos años de mandato se ha convertido en la ministra "más insultada" de la historia de la democracia.

EL PERFIL Es difícil cuantificar si otros políticos han sido más o menos criticados, pero lo que está claro es que, sola o compartiendo el espacio con otros, está en el centro de la diana de los ataques conservadores, según algunos de los políticos y expertos consultados, por los siguientes motivos: es mujer, joven, ha sido la cara visible de la ley del aborto y dirige un ministerio cuya existencia y acciones muchos discuten.

En este sentido, Esperanza Aguirre habla del ministerio de Igual-da , y la ley del aborto es denominada por los medios y colectivos conservadores como la ley Aído , y el feto de 14 semanas que algunos grupos antiabortistas distribuyen también lleva su nombre (Bebé Aído ). La campaña de ataques contra Aído se caracteriza porque, especialmente en los últimos casos, son los medios (como Abc o La Razón ) los que disparan primero, sacando de contexto sus palabras para hacer sorna. Después, los tertulianos reproducen por radios y televisiones esa interpretación publicada y, luego, el PP va a rebufo.

EL ESTILO "La mentirá está de forma permanente en el ataque", denuncia la portavoz socialista de Igualdad en el Congreso, Carmen Montón. Para ella, "los reproches se dirigen contra los avances de las mujeres, pero se han personalizado en la ministra porque no todo el mundo se atreve a criticar las políticas de igualdad".

"Se han cebado con ella porque es mujer y joven. Los comentarios más barriobajeros de la derecha tiene connotaciones machistas desde una cierta petulancia de dónde va esta jovencita a darnos lecciones", añade el republicano Joan Tardà. En la misma línea, Gaspar Llamazares (IU) opina que los ataques "entran dentro de la estrategia del PP de tensionar la vida política, con el agravante de que emplean formas machistas".

La catedrática Marina Subirats vincula la campaña con una estrategia orquestada por la Iglesia y otras religiones contra el avance de las mujeres a nivel internacional. Subirats opina que el problema es que "las jóvenes no se sienten discriminadas y, por tanto, no apoyan al ministerio, lo que lo convierte en el punto débil de la legislatura".

El profesor y miembro del Colegio de Politólogos Rubén Sánchez no asocia tanto las críticas a su perfil como a su ministerio. "Si Trinidad Jiménez hubiera sido cabeza visible de Igualdad hubiera recibido los mismos ataques", sostiene. El problema, añade la presidenta de la Fundación Mujeres, es que la campaña de ataques está haciendo tanto daño a la ministra como a las políticas de igualdad.