Cristina Alberdi, diputada socialista por Madrid y exministra de Asuntos Sociales con Felipe González, presentó ayer su dimisión como miembro de la ejecutiva de la Federación Socialista Madrileña (FSM). Lo hizo por carta al secretario general, Rafael Simancas, el mismo día en que éste era proclamado candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid ante la nueva convocatoria electoral del 26 de octubre. El portavoz parlamentario, Jesús Caldera, pidió a Alberdi que devuelva el escaño si quiere pasarse al Partido Popular.

Alberdi se reunió la semana pasada con Caldera para informarle de su intención de dimitir como responsable de estudios y programas de la ejecutiva de la FSM, de la que había sido presidenta con el apoyo de José Luis Balbás y del grupo Renovadores por la Base. "Fue una reunión sincera. El me dijo que era mejor que me fuera y dejara el escaño, pero no lo voy a dejar", explicó la exministra a este diario.

CONTRA LA "RADICALIZACION"

En el encuentro, Alberdi reiteró las discrepancias con la "radicalización" que aprecia en el PSOE desde la huelga general del 20 de junio del 2002 contra el decretazo . "No era un tema nuevo; ya conocían mi postura, ya sabían que apostaba por una política más templada en el tema de la huelga, en el asunto del Prestige y en la posición ante la guerra de Irak, y así lo había manifestado libremente en las reuniones del grupo parlamentario".

Alberdi añadió que su decisión de abandonar la dirección de la FSM se debía a su "absoluto desacuerdo" en la forma de gestionar la crisis provocada por los traidores Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. "El PSOE ha sido la víctima, pero es a la vez responsable ante los ciudadanos y el ámbito de responsabilidad no ha sido asumido".

Situó las responsabilidades "no sólo a nivel de Madrid, sino en la ejecutiva federal" pues, según dijo, "los tránsfugas estaban en contacto permanente con el secretario de organización, José Blanco, y con el secretario general", José Luis Rodríguez Zapatero.

Caldera confirmó que Alberdi le había solicitado que devolviera el escaño y añadió que, en la "conversación a fondo" que mantuvieron, "ella tuvo la honradez de reconocerme que sus posiciones eran más cercanas al Partido Popular que al PSOE".