El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, suavizó sus comentarios iniciales al veto impuesto por el Partido Popular al Grupo Prisa. Una conversación con los responsables de comunicación de su partido le fue suficiente para considerar "razonable" el veto que, a primera hora de la mañana, le había parecido que "no era la solución más acertada."

La culpa la tuvo, según el alcalde, un mal entendido. Creyó que en sus ruedas de prensa no podía admitir o contestar a los periodistas del Grupo Prisa, y eso hubiera sido "excesivo". Al saber que la consigna era no conceder entrevistas en exclusiva, ni darles trato privilegiado, respiró tranquilo. En principio, mañana no acudirá a su cita mensual en la Cadena Ser, del Grupo Prisa.