José Antonio Alonso tuvo ayer una jornada de gloria. Además de acaparar todos los flases, los diputados de todos los grupos le felicitaron por su nombramiento como portavoz del PSOE en el Congreso y elogiaron su labor al frente de Interior y Defensa. Pocos políticos consiguen este consenso. Por si fuera poco, logró, como era previsible por otra parte, que la Diputación Permanente de la Cámara baja aprobase a posteriori el envío de 36 militares que operarán cuatro aviones no tripulados en Afganistán.

LA OPOSICION Su intervención solo estuvo eclipsada en parte cuando su antecesor, Diego López Garrido, entró en la sala, una vez iniciada la comparecencia, y cosechó las felicitaciones de sus colegas socialistas. El ministro de Defensa en funciones defendió que el Consejo de Ministros aprobara hace 11 días el envío de los aviones y los 36 militares sin la autorización del Congreso con el argumento de que servirán para aumentar la seguridad de los más de 700 efectivos desplegados en el país asiático.

Tan solo IU y BNG votaron en contra. Gaspar Llamazares (IU) criticó la "escalada de compromiso militar" asumida por España, en una misión que, según él, se confunde con la "guerra preventiva" contra los talibanes mantenida por Estados Unidos.

El PP, por su parte, aunque apoyó el envío militar, no dejó pasar la oportunidad de lanzar críticas al Gobierno por la escasa información que proporciona, en especial el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre las características actuales de la misión en Afganistán.