Con motivo del primer aniversario del accidente del helicóptero Cougar en Afganistán, en el que fallecieron 17 soldados, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, mantuvo ayer una videoconferencia con el jefe del contingente español en Herat, coronel García Arnáiz, y con el coronel García Sánchez, adscrito al mando coordinador de la fuerza multinacional de la ONU en la zona oeste del país. "Tengan cuidado, extremen las medidas de seguridad", les dijo en una conversación breve y sobria, que contrastó con la grandilocuencia patriótica que solía imprimir su antecesor, José Bono, a este tipo de actos.

Acompañado en la sede de su departamento por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Félix Sanz Roldán, Alonso pidió a sus interlocutores que le expusieran cómo está la situación en la zona. El coronel García Arnáiz respondió que la zone oeste, bajo responsabilidad española, está "más o menos tranquila" y que en la base de Herat se desarrolla una "vida normal". El coronel García Sánchez añadió que la zona más preocupante para la misión de la Isaf es la región sur y, para las tropas españolas, las inmediaciones de la localidad de Farah.

El ministro los animó a continuar con su "noble y eficaz tarea" y les insistió que el Gobierno y la ciudadanía española están "notablemente orgullosos" de la tarea que desarrollan en Afganistán, donde, dijo, no será posible la construcción civil del país sin seguridad. "Deduzco que la moral de la tropa está intacta y que la relación con los afganos es muy buena", dijo Alonso. El coronel Arnáiz respondió: "Sí, al moral es alta" y añadió que el país "va mejorando en las condiciones de vida".

Con su proverbial laconismo, el ministro preguntó a los dos coroneles si querían añadir algo o "saludar a sus familias". "Continuaremos haciendo nuestra la labor y representando a España según nos ha indicado", fue la respuesta de los militares.