Todo el mundo sabe en Castellón que "el que paga, manda". Lo dijo el presidente de la Diputación, Carlos Fabra, del PP, en un arrebato de sinceridad que revela su idea del poder. Porque, en su provincia, el que paga es él, lo que supone que todo ha de pasar por sus manos.

Eso lo sabía el empresario Vicente Vilar cuando, en 1998, acudió a Fabra para que le ayudara a legalizar el Abac, un insecticida cuyo expediente de autorización estaba paralizado desde 1996 en el Ministerio de Agricultura. "En un mes nos llegó el visto bueno y nos pusimos a producirlo", recuerda Vilar, cuya empresa, Naranjax, "ha pasado en cinco años del 30 al tercer puesto de los fabricantes españoles del sector".

Todo por codicia

El negocio iba sobre ruedas hasta que, según Vilar, "a Fabra le pudo la avaricia y quiso quedárselo todo". Al verse acorralado, el empresario decidió querellarse contra Fabra y hacer públicos los detalles de su relación, de la que guarda constancia documental. Algunos papeles constan en las dos querellas presentadas por Vilar contra Fabra; una por estafa, falsedad documental y apropiación indebida, desestimada la semana pasada porque la juez no apreció indicios de delito, y otra, por atentado contra la salud pública y la propiedad industrial.

Pese a que esta última también fue rechazada, en este caso por defecto de forma, la juez ha apreciado indicios de delitos que van más allá de lo solicitado por Vilar, por lo que ha ordenado una investigación de oficio por parte de la fiscalía. En la querella, Vilar explica que pagaba a Camarcas, una consultora propiedad de Fabra, entre 80.000 y 90.000 euros (entre 13,3 y 14,9 millones de pesetas) anuales por "informes inexistentes". Ese dinero era, en realidad, según el denunciante, la retribución por las gestiones del político ante "numerosas autoridades". Los pagos se realizaban a través de la distribuidora de los productos de Naranjax, Artemis 2000, una sociedad escriturada a nombre de las esposas de ambos y de la que Vilar era administrador.

Cuando la mujer del empresario, Montserrat Vives, se separó de su marido, Vilar acudió a Fabra "para arreglar lo de Artemis 2000", pero en lo que él ve una maniobra del político para hundirlo, su mujer lo denunció por violación y él fue destituido como administrador. Tras varios avisos a su socio, Vilar decidió entonces acudir a los tribunales.

La noticia cayó como una bomba en una provincia donde Fabra es intocable. El dirigente del PP evitó responder ante la prensa y se limitó a la lectura de un comunicado en que negaba todas las acusaciones de Vilar y la presentación de una demanda civil contra el empresario por ataque a su honor.

El PP cerró filas en torno a Fabra. El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, aseguró que Fabra "siempre ha actuado en beneficio de su provincia". Lo mismo hizo desde Madrid el portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, enemistado con Camps. No obstante, personas cercanas a Fabra aseguran que éste cree que todo el asunto arranca de una maniobra de Zaplana como castigo por el apoyo de Fabra a Camps en la pugna por el control del PP valenciano.

Fabra fue el primero en afirmar que Zaplana debía ceder el mando regional del partido a Camps. Desde Madrid han llegado ya los primeros avisos de que la salida a la crisis podía estar en la dimisión de Fabra. El presidente del Gobierno, José María Aznar, se ha negado a dar su opinión al ser preguntado en público. Ayer, El Mundo publicó que Aznar ha anulado un viaje a Castellón para ver las obras del aeropuerto, un proyecto muy querido de Fabra.

El vecino más poderoso

El rechazo de las querellas se interpreta en el PP como "un respiro". En Castellón, donde es difícil saber si el apoyo a Fabra se debe al temor, al interés o a la simpatía, no se habla de otra cosa. En una ciudad pequeña, donde el padre de Fabra ya fue alcalde y presidente de la Diputación con Franco, todos conocen al dirigente del PP y han visto su ascenso, que alcanzó la cima cuando la familia Aznar veraneaba en Oropesa. Los castellonenses observan ahora atónitos cómo se tambalea su vecino más poderoso.