Las irregularidades detectadas en la gestión del boyante museo Guggenheim-Bilbao y en el nonato museo Balenciaga de Getaria (Guipúzcoa) ocuparán hoy sendos debates en la Cámara vasca que amargan el final de la legislatura al PNV, a su consejera de Cultura, Miren Azkarate, y dejan tocado al Gobierno tripartito de Juan José Ibarretxe.

"Están revolviendo mierda porque hay elecciones", sentenció el pasado martes la titular de Cultura, que ejerce además de portavoz del Gobierno vasco. Su queja ponía fin a días de silencio mientras el Parlamento investigaba lo sucedido durante años en dos museos de relumbrón.

Una comisión presidida por el socialista Antonio Ribera ha investigado el desfalco en el Guggenheim por parte de su director financiero, Roberto Cearsolo que, falsificando documentos y firmas, se llevó 556.000 euros, de los que ha devuelto las tres cuartas partes. También se ha sometido a análisis una errónea operación de compra de dólares para la adquisición de varias obras de arte en la que el museo bilbaíno acabó perdiendo casi seis millones de euros.

La comisión Balenciaga ha tratado de esclarecer, bajo la batuta de Onintza Lasa (EA), la cadena de escándalos por sobrecostes, deficiencias de gestión y desaparición de depósitos que, desde 1999, pesa sobre el proyecto dedicado a recordar al más internacional modisto vasco. En la gestación intervino también el Ministerio de Cultura y hoy, casi concluidas las obras, no tiene aún fecha de inauguración.

Y apenas diez días antes de que acabe la actividad parlamentaria, todos los grupos de la Cámara, excepto el PNV, han convenido en respaldar unos dictámenes que denuncian la falta de control en el funcionamiento de las sociedades que gestionan los museos. Apuntan al departamento de Cultura y a su titular, aunque Azkarate recuerda con insistencia que fue precisamente su departamento el que denunció lo sucedido.

Dos de los partidos que sostienen al Gobierno, EA y EB, suscriben que han existido irregularidades y, aunque no respaldarán la exigencia del PP, que plantea la dimisión de Azkarate, sí reconocen que cabe apuntar la responsabilidad política.

MAL FINAL El imposible acuerdo entre los socios del tripartito ante la situación de Azkarate "ha herido" sobremanera a Ibarretxe. Fuentes del Gobierno matizan que, en contra de los rumores, el lendakari nunca amenazó con disolver la Cámara para evitar el trago a su compañera, pero admiten que "humanamente" lo está llevando mal.

Una prueba de la importancia que da al asunto es que aprovechó la recepción a la sociedad vasca del pasado viernes para cerrar filas con la titular de Cultura. "Si alguien ha hecho las cosas bien en este Gobierno eres tú", le dijo ante más de 600 invitados.

El lendakari sabe que la oposición le pasará factura por este capítulo y más aún, por la evidente fractura del tripartito como apuesta de futuro.