ANV, pendiente de la decisión que adopten los jueces sobre su legalidad, proclamó ayer de manera rotunda que aunque sea ilegalizada, y pese a todos los obstáculos que se le puedan poner, estará presente en las elecciones generales del 9 de marzo. Mariné Pueyo, portavoz de ANV en el Ayuntamiento de Pamplona, lo reiteró en el que podría haber sido uno de los últimos actos públicos legales del partido.

El mitin intentó insuflar ánimos a la parroquia aberzale, una vez que tanto ANV como EHAK dan por hecha su ilegalización, tras los informes que la Guardia Civil ha facilitado a los jueces sobre sus actividades y posibles vínculos con ETA. Los oradores aludieron a la dignidad y la paciencia, aunque no hubo ninguna aportación política nueva.

Una de las dirigentes más relevantes de ANV, la alcaldesa de Hernani (Guipúzcoa), Marian Beitialarrangoitia, comenzó su intervención en el frontón Anaitasuna de Pamplona dando credibilidad a las denuncias de tortura hechas por los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola. El público reaccionó inmediatamente con gritos de "¡El pueblo no perdonará!". La alcaldesa acusó al titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de ser "el ministro de la mentira y de la represión", y sostuvo: "Aquí se tortura sistemáticamente".

"Nos nos harán callar", bramó Beitialarrangoitia, quien auguró que las medidas que pueda tomar el Gobierno español no conseguirán doblegar a la izquierda aberzale. Frente a los intentos de "hacerla desaparecer", ANV propuso "una contundente respuesta en la calle".

El de ayer, con más de 3.000 asistentes, fue un acto tradicional de la izquierda aberzale. No faltaron los vídeos. En uno de ellos se daba por seguro que en breve serán estados independientes tanto Euskal Herria como Cataluña, Galicia, Occitania y Escocia. En otros se hacía un repaso de manifestaciones. Las apariciones del lendakari, Juan José Ibarretxe, y del portavoz de Aralar, Patxi Zabaleta, provocaron un monumental pataleo.