El Código Penal creado para atajar los delitos del siglo XXI fue aprobado ayer y remitido a las Cortes por el Consejo de Ministros. La compleja norma endurece las penas y facilita el trabajo de los jueces para la persecución y el castigo del crimen organizado, la corrupción y la evasión fiscal. La reforma adecúa el vigente Código Penal, de 1996, para dar respuesta a nuevas conductas delictivas que no existían como tales hasta ahora. La ley nació ayer en la Moncloa, pero no arrancará a andar hasta el 2008, tras superar la tramitación parlamentaria y el periodo de vacatio legis previsto para que la justicia la interiorice.

La nueva ley castiga el acoso laboral, los ataques informáticos de los hackers o la clonación de tarjetas de crédito. Despenaliza la investigación con embriones humanos y clarifica los artículos que castigan la conducción con altas tasas de alcohol, el exceso de velocidad o la circulación sin carnet. El Gobierno adelantó a ayer la aprobación movido por el fallo del Constitucional que absolvió a un conductor ebrio porque la ley no señala la tasa de alcoholemia que hay que superar para delinquir al volante.