El nuevo ministro de Sanidad y Consumo, el científico Bernat Soria, juró su cargo con la firme promesa de que "adelantará todo lo que pueda" los deberes que le ha dejado su antecesora Elena Salgado. Soria hizo gala de un excelente humor y eludió pronunciarse, antes y después del relevo con la nueva responsable de Administraciones Públicas, sobre la mala acogida y las críticas por parte del PP y de sectores ultracatólicos.

Con los pies en la tierra, el nuevo ministro aseguró que no era "tan iluso" como para pensar que logrará resolver en ocho meses todos los desafíos que tiene la sanidad española. "Intentaré solventar los más importantes", prometió sin hacer una lista pero con una clara alusión a la recién aprobada Ley de Investigación Biomédica, que permite la clonación terapéutica, o avanzar en la mejora de los derechos de todos los pacientes. Soria hizo especial mención sobre los enfermos y aseguró que va a pedir "a todo el mundo, a todos los consejeros de Sanidad, independientemente del signo político, a que trabajen por ellos". Asimismo, ratificó su compromiso con la investigación, a la que dará un impulso "desde la ética y la dedicación", y alabó los "excelentes" profesionales que posee el sistema nacional de salud.

VIAJE DE PASO "La innovación nos defiende de lo desconocido", advirtió Soria. Luego recurrió al poeta griego Konstantin Kavafis para explicar que su destino "no es el Ministerio de Sanidad", sino que este departamento constituye el "viaje" para llegar a Itaca, un lugar "modesto pero muy importante para los ciudadanos, porque significa salud, calidad de vida y bienestar".