Qué ha pasado en el Tribunal Constitucional (TC) y qué nueva maniobra puede deslegitimarlo todavía más? Lean.

Uno. El PP intentó usar su mayoría (tras apartar a Pablo Pérez Tremps) para anular el Estatut. No lo logró porque murió Roberto García Calvo y quedaron cinco a cinco. Pero la actitud reticente de Manuel Aragón Reyes, ¡nombrado directamente por el Gobierno!, propició una sentencia muy polémica. Y en Cataluña, tanto el Estatut recortado como el TC están en entredicho.

Dos. El riesgo era que, tras retrasar tres años la renovación de los ocho magistrados elegidos por el Senado, el PP reincidiera e impidiera renovar los cuatro del Congreso. Objetivo: aplazarlo hasta después de las generales que el PP espera ganar. Pero Mariano Rajoy --que no es radical-- no ha seguido a Federico Trillo.

Tres. Ahora el pacto para renovar ocho magistrados (cuatro del Senado y cuatro del Congreso) debe abrir una nueva era ya que el mal nombre del TC deslegitima la democracia.

Cuatro. Por el consenso necesario (tres quintos de Senado y Congreso), cuatro nuevos magistrados serán progresistas y cuatro conservadores. Sería bueno que fueran, antes que nada, juristas.

Cinco. El TC estará integrado por los cuatro magistrados nuevos y los cuatro a los que les quedan tres años de ejercicio: dos nombrados por el Gobierno --Pérez Tremps y Aragón, ambos progresistas-- y dos por el Poder Judicial --Ramón Rodríguez Arribas, conservador, y Pascual Sala, progresista--. La presidencia debería ser para un progresista (siete magistrados) y no ser una afrenta a la minoría conservadora (cinco).

Seis. Pero hay una operación, mitad ambición personal y mitad visión uniformista de España, que puede liquidar el respeto al TC en Cataluña y dejarlo tocado en España. Y es que la actitud de Aragón sobre el Estatut pudo deberse, en parte, a una maniobra para presidir el TC.

Siete. Para ello, Aragón podría tener los votos de los cinco conservadores y el suyo propio, pero necesita otro voto progresista para ganar. Los nombres filtrados hasta ahora por el grupo socialista del Senado (Adela Asúa y Luis Ortega) no lo hacen probable. Y por el Congreso parece que irá el catalán Eliseo Aja.

Ocho. Pero está pendiente el segundo candidato del PSOE por el Congreso. La sospecha ha surgido con el nombre de Paloma Biglino, directora del Centro de Estudios Constitucionales y discípula de Aragón. Como el propio ministro de Justicia y otro alto cargo muy ligado a José Luis Rodríguez Zapatero. Con su voto, el de Biglino y el de los cinco conservadores, Aragón presidiría el TC.

Nueve. En Cataluña sería visto como otra bofetada. Y en España se impondría la lectura cerrada de la Constitución que un sector de AP (no Manuel Fraga, pero si José María Aznar) no quiso votar. Zapatero tiene la palabra.