La idea de que los candidatos socialistas compitieran internamente para ganarse el puesto de aspirante a la Moncloa surgió en el 34º congreso federal, en junio de 1997, que pasará a la historia por producirse el relevo de Felipe González por Joaquín Almunia en la secretaría general.

El 24 de abril de 1998 aplicaron el método a la elección de un cabeza de lista para las generales --tras anunciar González que no sería candidato-- y el resultado provocó una crisis interna del partido. Contra todo pronóstico, Josep Borrell se impuso a Almunia.