El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, afirmó ayer que su país no negociará con Marruecos un acuerdo sobre el Sáhara, porque las únicas partes en este conflicto son el Gobierno de Rabat y el Frente Polisario. En una carta enviada al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, el mandatario argelino quiso dejar claras las reglas del juego en un momento en que Francia y España, además de Marruecos, intensifican los movimientos para superar el contencioso.

Para Buteflika, las "tentativas" de inscribir el problema del Sáhara occidental en un contexto argelino-marroquí constituye un "procedimiento puramente dilatorio". Sin embargo, el presidente de Argelia se muestra dispuesto a mejorar las relaciones con Marruecos, prácticamente congeladas desde 1994, con la condición de que el contencioso del Sáhara no interfiera de ninguna forma en ese proceso.

GRUPOS DE TRABAJO Entretanto, el Gobierno español intenta convencer a Argelia de que mantenga su compromiso con el plan Baker , aceptado por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU, que prevé un referendo de autodeterminación para el Sáhara al cabo de cinco años de autonomía bajo soberanía marroquí. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, transmitió anteanoche ese mensaje en conversación telefónica con su homólogo argelino, Abdelaziz Beljadem, que ve con suspicacia la nueva política de acercamiento de España a Marruecos. Ambos países reanudarán en septiembre los contactos de los grupos de trabajo creados en el 2002 para tratar los asuntos bilaterales más espinosos.

En este escenario, la dirigente del PSOE Trinidad Jiménez dijo ayer que, ante la dificultad para celebrar un referendo de autodeterminación en el Sáhara, "lo que ahora se está tratando de determinar es cómo se ejerce ese derecho de autodeterminación, buscando posibles soluciones". No dio más detalles.