Juan María Atutxa agradeció que se diera "a un político vasco lanzado al fuego eterno" la oportunidad de explicarse, oportunidad que aprovechó para exponer el porqué de su negativa a disolver el grupo parlamentario de Batasuna.

Diferencias entre partidos

y grupos parlamentarios

La sentencia del Supremo que supuso la ilegalización de Batasuna no hace ninguna mención a la obligatoriedad de disolver los grupos parlamentarios. La razón es que la ley de partidos no prevé esta disolución. Según Atutxa, se descartó expresamente hacerlo al analizar la jurisprudencia constitucional, que considera que partidos políticos y grupos parlamentarios son dos realidades jurídicamente diferentes, por lo que tienen regulaciones específicas y distintas.

En defensa de la

separación de poderes

Según Atutxa, con su actuación el Parlamento vasco actúa "en defensa del principio de división de poderes", ya que intenta evitar que el judicial interfiera en el legislativo.

Para disolver el grupo de Batasuna en el Parlamento es necesaria la modificación del reglamento de la Cámara, que tiene que ser resultado de la iniciativa de los propios parlamentarios, y ser aprobada por una mayoría cualificada de ellos. No basta, por lo tanto, con que el Tribunal haya dictado una sentencia. "Los tribunales aplican leyes, no las hacen", dijo.

Atutxa considera inadecuada la vía penal iniciada por la fiscalía contra tres miembros de la Mesa del Parlamento y aboga por una reforma de la ley de conflictos que permita abordar el problema mediante arbitraje.

Batasuna seguirá

en el Parlamento

Disolver el grupo de Batasuna en el Parlamento sin desposeer a sus diputados electos de esta condición significa, según Atutxa, "poco más que cambiar de nombre al grupo". Al no existir la figura del parlamentario a título individual, los miembros de Batasuna deberían integrarse en el Grupo Mixto.