Los imputados en el escándalo del velódromo Palma Arena han tomado como chivo expiatorio al arquitecto que hizo el proyecto, el ale-mán Ralph Schürmann. Dicen de él, según ha trascendido de las declaraciones ante el juez, que calculó mal los costes; de ahí que el presupuesto inicial, de 48 millones de euros, casi se duplicara. Pero el currículo de Schürmann cuestiona esa acusación.

Schürmann ha diseñado 34 velódromos, 28 antes de aceptar el encargo de Mallorca. Entre los más conocidos destaca el de los Juegos Olímpicos de Pekín, presupuestado en 37 millones de euros, y una instalación levantada en Aigle (Suiza) por encargo de la Unión Ciclista Internacional, de 18 millones de euros. Muy lejos de los 98 millones de euros que costó el Palma Arena.