El artefacto que la banda terrorista colocó anoche frente a la sede de la delegación del Ministerio de Defensa en Logroño contenía 61 kilos de amonal, según los primeros análisis practicados por las Fuerzas de Seguridad. Así lo aseguró hoy el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, en una rueda de prensa en la que felicitó a las Fuerzas de Seguridad y, en concreto, a los Tedax por su "extraordinaria pericia" a la hora de desactivar los explosivos.

Tras expresar "su más absoluta condena" por este nuevo intento de los terroristas de atentar, Camacho advirtió a los miembros de la banda -que han optado por el camino de la violencia, dijo- de que lo único que van a conseguir es ir a la cárcel. Reiteró que este nuevo ataque "no va a afectar al Estado de Derecho ni a la unidad de los demócratas". Sobre la autoría de este fallido atentado, dijo que las Fuerzas de Seguridad trabajan ya en los vestigios del explosivo, aunque insistió en que es "prematuro" todavía saber qué etarras están detrás.

Respecto al último comunicado de ETA, indicó que desgraciadamente pone de manifiesto lo que la banda ya anunció en su ruptura formal del alto el fuego: que pretendían atentar contra la seguridad de los ciudadanos. Frente a esto, el mensaje que hay que lanzar, prosiguió Camacho, es que "cada intento de la banda nos sirve para intensificar el esfuerzo de las FCSE para evitar que tengan éxito".

Fallo en la explosión

Camacho informó de que sobre las 23.10 horas de anoche se recibió una llamada en el diario Gara alertando, en nombre de ETA, de la colocación de un artefacto explosivo en la sede del Ministerio de Defensa en Logroño y de que iba a estallar veinte minutos después. Posteriormente, sobre las 23.25 horas, prosiguió Camacho, se produjo una explosión, que apenas causó daños materiales, en un vehículo aparcado frente a la puerta de la delegación, hecho que puso en alerta a los agentes ante la posibilidad de que se tratara de un vehículo trampa y, por tanto, hubiera más explosivos.

Según Camacho, el vehículo había sido sustraído en Francia el pasado 3 de septiembre y tenía matrículas falsas que habían sido troqueladas con un aparato robado en ese mismo país en 2002. Tras la primera explosión, los Tedax comprobaron, mediante una observación visual, que en la parte trasera habían colocado dos ollas grandes de tipo industrial y una garrafa que contenía líquido combustible.

Señaló que el artefacto no explotó debido a un fallo en el cordón detonante y que el explosivo contenía una cantidad de sustancia importante, aunque era de "un tamaño medio" respecto a lo que suele utilizar la banda. Recordó que desde la ruptura formal del alto el fuego han sido detenidos 27 terroristas, neutralizados cinco intentos de atentados por parte de banda e intervenidos por las fuerzas y seguridad del Estado más de 600 kilos de explosivos, sin contar con los de Castellón.