El expresidente del PNV Xabier Arzalluz volvió ayer por sus fueros con una apasionada defensa de Arnaldo Otegi y del resto de dirigentes aberzales encarcelados hace dos semanas por orden del juez Baltasar Garzón y acusados de intentar reconstruir la cúpula de la ilegalizada Batasuna. De todos ellos --"Arnaldo y los demás detenidos"-- dijo Arzalluz en una entrevista publicada en el diario Gara que son un grupo de "buenos patriotas" merecedores "de todo respeto y, para muchos, de admiración", porque se han pasado la vida luchando "por una causa difícil y contra un poder más grande".

Ese poder más grande tiene para Arzalluz un nombre: "Madrid". Y "Madrid", aseguró en Gara , "ha agudizado cada vez más el rechazo a la palabra autodeterminación", lo que ha derivado en "la ley de partidos y en toda la política de Rubalcaba". El exdirigente peneuvista lanzó una andanada en toda regla contra el ministro del Interior, al que señaló como responsable del acoso y "represión" contra la dirección política de la izquierda aberzale y al que advirtió de que "matar al diálogo o al mensajero es la reacción del débil", por lo que "se volverá en su contra".

Desvinculado en la actualidad de la dirección del PNV, con la que ha mantenido discrepancias incluso personales, Arzalluz mantiene, aun así, una nada desdeñable influencia dentro del partido. El fue de los primeros en adherirse a la manifestación que el pasado día 17 convocaron en San Sebastián los sindicatos nacionalistas ELA y LAB para denunciar las detenciones de dirigentes de la izquierda aberzale.

Ayer, y al hilo de la nueva petición fiscal de cárcel contra Otegi por el conocido como sumario de las herrikos (en alusión a las tabernas donde se reúne la militancia de la izquierda independentista), elevó casi a los altares al exportavoz de Batasuna, del que señaló que ahora está recibiendo "el salario por ser un individuo comprometido en una causa difícil por su patria".