El expresidente del PNV Xabier Arzalluz azuzó ayer la tormenta que atraviesa su partido al salir en defensa del que fuera su delfín, Joseba Egibar, y de la apuesta que este ha hecho por mantener a Jon Jauregi como candidato a diputado general de Guipúzcoa, pese a las sospechas de irregularidades fiscales. Arzalluz apuntó que el interés por quemar a Jauregi se promociona desde "dentro" del partido para hacer posible un acuerdo entre el PNV y el PSE.

Arzalluz ha querido recuperar protagonismo en la guerra que se reinicia entre los dos sectores que se enfrentaron por su sucesión: el soberanista, que encabeza Egibar, y el que representa Josu Jon Imaz, presidente del PNV.

RAZONES POLITICAS En declaraciones a una emisora local de radio, el político confirmó no tener dudas de que son "razones políticas" las que están detrás de las informaciones filtradas a la cadena SER sobre el supuesto fraude fiscal de Jauregi al no declarar unas propiedades.

Según su tesis, si Jauregi fuera elegido en mayo no se plantearía buscar un acuerdo de gobierno con los socialistas. Serían por tanto los sectores proclives a esa entente los que habrían puesto el ventilador en marcha "hace meses". Además, según Arzalluz, el hoy diputado general, Juan González de Chávarri, que cuenta con la confianza de Imaz, "no se resigna a irse".