Xabier Arzalluz invocó ayer el "derecho de rebelión" ante el "deterioro democrático" que se vive en España y aunque puntualizó que la respuesta del PNV será pacífica --"ni recurriremos a la gasolina ni amedrentaremos"-- añadió que su partido encontrará "puntos sensibles" en los que pueda "morder". El líder peneuvista insistió en que se armará "una gorda" si los miembros de la Mesa del Parlamento son procesados o condenados: "Si se prostituyen determinados sectores de la Justicia, responderemos como es debido en el campo de la lucha política".

El presidente del PNV y el parlamentario Emilio Olabarria comparecieron juntos para responder a las críticas de la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, la cual acusó al PNV, EA e IU de "deslegitimar" al poder judicial por manifestarse ante el Palacio de Justicia de Bilbao durante las 12 horas que, el pasado miércoles, duró la declaración de Juan María Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao, acusados de desobediencia por no disolver al grupo heredero de la ilegalizada Batasuna en la Cámara vasca.

ENSEÑAR LOS DIENTES "Fue una manifestación pacífica, legal y respetuosa con los órganos judiciales", dijo Arzalluz. Confesó que adoptó la iniciativa de que los participantes cantaran el Eusko Gudariak (himno al soldado vasco) por creer que era una forma de "enseñar los dientes" al Estado ante "el abuso" que, dijo, supone la declaración como querellados de esos tres miembros de la Mesa del Parlamento.

Arzalluz defendió que de entre las " muchas cosas" a reformar de la Constitución española, está el Poder Judicial, que quedó "muy mal fraguado" en el texto.

Por otra parte, el domicilio de la edil socialista de Azpeitia (Guipúzcoa) Manuela Uranga fue atacado en la madrugada de ayer con artefactos incendiarios. El fuego no entró en la vivienda.