La moción de censura con el que Podemos quiere derribar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por los supuestos nexos corruptos del PP sería la tercera de la democracia, aunque tanto PSOE como Ciudadanos se han negado a secundar al partido de Pablo Iglesias.

Recogida en los artículos 113 y 114.2 de la Constitución y en los artículos 175 a 179 del Reglamento del Congreso, este mecanismo no solo censura al presidente vigente, sino que obliga a proponer una alternativa para ocupar Moncloa.

Este movimiento se propone por al menos la décima parte de los diputados (35 de los 350), en un escrito motivado y dirigido a la Mesa que tiene que incluir al nuevo candidato. La votación, sin embargo, no podrá llevarse a cabo hasta los cinco días, y en los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse mociones alternativas. De fracasar, los firmantes no podrán presentar otra durante el mismo periodo de sesiones.

En el debate, tras la defensa de la moción por parte de uno de los suscribientes, intervendrá el presidente (ambos sin límites de tiempo). Tras un receso decretado por Presidencia, podrá intervenir un representante de cada uno de los grupos parlamentarios de la Cámara por tiempo de treinta minutos, además de un turno de replica de otros diez minutos.

La aprobación requerirá el voto favorable de la mayoría absoluta de la Cámara Baja, es decir, 176 votos.

DOS INTENTOS PREVIOS Y SIN ÉXITO

Junto con la cuestión de confianza, esta moción es uno de los dos mecanismos previstos en la Carta Magna para acabar con un presidente del Gobierno. Desde la Transición, España ha vivido dos, una contra Adolfo Suárez y otra contra Felipe González, pero ambas fracasaron.

La primera tuvo lugar los días 28 al 30 de mayo de 1980, promovida por los socialistas contra el Gobierno de UCD. Defendida por Alfonso Guerra, el candidato propuesto fue Felipe González. Tras un debate de 20 horas, fue rechazada por los 166 votos del grupo parlamentario centrista, que se quedó solo y con 37 abstenciones.

La segunda fue presentada por el grupo popular contra el Gobierno de González el 23 de marzo de 1987, un mes después de haberse celebrado el debate sobre el estado de la nación en el que no pudo intervenir el nuevo presidente del grupo mayoritario de la oposición, Antonio Hernández Mancha, por no ser diputado.La votación, que se llevó a cabo el lunes 30 de marzo, arrojó los siguientes resultados: 332 votos emitidos, 67 a favor (AP y Unión Valenciana), 195 en contra (PSOE, Izquierda Unida, PNV, EE) y 70 abstenciones (CDS, CIU, PDP, PL, PAR, AIC y CG).