Veinticuatro familias tuvieron que ser desalojadas la madrugada de ayer tras el ataque de varios radicales a una sucursal de La Caixa en la localidad guipuzcoana de Arrasate (Mondragón). El sabotaje, en el que no se registraron daños personales, tuvo lugar en la medianoche, cuando los violentos destrozaron un cajero con un artefacto incendiario. Todas las fuerzas políticas exigieron a Batasuna la condena de este hecho para hacer verosímil su apuesta por la paz.

Las llamas destruyeron totalmente la oficina, situada en la planta baja y entreplanta, hasta el punto de que el aparejador municipal recomendó que algunos vecinos no regresaran a sus viviendas ante el riesgo de que hubiera daños estructurales. Según informó el Departamento de Interior del Gobierno vasco, el artefacto casero estaba compuesto por un aerosol y gasolina. Media hora después de este ataque se produjeron otros dos sabotajes con cócteles molotov contra otras entidades bancarias de la misma localidad, aunque en estos casos los daños fueron mucho menos importantes.

DESALOJO DE 50 VECINOS El incendio comenzó con el ataque de unos desconocidos al cajero de La Caixa, situada en la plaza guipuzcoana Jokin Zaitegi de Arrasate, lo que obligó a los bomberos desplazados al lugar a emplearse a fondo para extinguir el fuego. El humo provocó que los vecinos de los números 3, 4 y 5 de esa misma calle tuvieran que desalojar sus viviendas. La Ertzaintza, una ambulancia y los bomberos se personaron en el lugar de los hechos doce minutos después del suceso. Los más de 50 vecinos afectados fueron realojados en varios hoteles situados en la zona.

Este nuevo acto de kale borroka es el más grave desde el atentado de Madrid. El ayuntamiento condenó el atentado, junto con PSE, PNV, PP, Aralar, EB y EA, y declaró que este tipo de acciones "suponen el desprecio a la voluntad y el compromiso de los vascos de construir una sociedad asentada en la democracia y los derechos humanos".