La Audiencia Nacional absolvió ayer a los exdirigentes de Batasuna Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Joseba Alvarez de un delito de enaltecimiento del terrorismo al considerar que no fueron responsables de que en el mitin de Anoeta celebrado en el 2004 se exhibieran fotos de etarras y se corearan gritos a favor de la organización terrorista. La decisión de los jueces tuvo respuestas dispares. El PP pidió al fiscal que recurriera la decisión ante el Tribunal Supremo y el Gobierno expresó su respeto.

Los jueces tienen muy claro que en la querella presentada por la fiscalía de la Audiencia y el Foro de Ermua no había delito porque solo han necesitado 18 folios para echar por tierra sus argumentos. En su opinión, "no ha quedado probada más allá de una duda razonable, la imputación mantenida" por el fiscal y la acusación popular. Por ello les aplica a los tres el principio de "in dubio pro reo" .

Los tribunales explican que las acusaciones han intentado "probar que la verdadera finalidad" del acto de Anoeta --en el que se presentó la propuesta política "Ahora el pueblo, ahora, la paz"-- era "la exaltación del terrorismo" y que los acusados eran responsables de la exhibición de un vídeo con fotografías de etarras, de la distribución de los boletines de ETA conocidos como zutabes y de los gritos que se profirieron a favor de la organización terrorista.

Por su parte, los exdirigentes de Batasuna admitieron su participación en el acto político, pero aseguraron que no tuvieron "ninguna responsabilidad en su diseño" y que ignoraban "su contenido". Y en el juicio, afirmaron que su intención "era presentar una propuesta de paz y no homenajear a ETA".

Los jueces justifican su posición por la escasa entidad de las pruebas aportadas por las acusaciones. Y cargan contra los llamados informes de inteligencia de la Guardia Civil que, en su opinión, son "meras deducciones de sus autores tras asistir al acto o analizar la información recibida", un trabajo que, subrayan, "compete al tribunal".

EL EXAMEN DE LA PRUEBA En este informe, los agentes acusaron a Otegi, Permach y Alvarez de ser responsables de los actos de enaltecimiento, pero los jueces dicen que "no explican suficientemente su aseveración". Y les recriminan que no hayan aportado "datos externos que permitan mantener tal acusación".

Asimismo, el tribunal ha estudiado las palabras que pronunció Otegi en este acto. Y recuerdan que en su discurso habló "sobre la conveniencia y la necesidad de un proceso de diálogo y negociación para la resolución del conflicto de manera pacífica y democrática" con ausencia de palabras u acciones de alabanza de ETA. Por ello, afirman: "ni mucho menos queda acreditado que los acusados tuvieran un control sobre el desarrollo del acto" ni que Batasuna estuviera detrás de la convocatoria. En el juicio declaró como testigo el líder de los socialistas vascos, Jesús Egiguren, y Otegi manifestó al final de la vista: "Rechazo el uso de la violencia para imponer un proyecto político".

A pesar de esta absolución, Otegi permanecerá en prisión, ya que está procesado por haber intentado reconstruir Batasuna. Permach y Alvarez están en libertad bajo fianza.