La Audiencia Nacional se vio obligada ayer a dejar en libertad con medidas cautelares a Saed El Harrak, uno de los 29 procesados por su relación con los atentados del 11-M en Madrid, ya que el juez instructor Juan del Olmo no ha decretado la prórroga de su estancia en prisión.

El Harrak, de origen marroquí, fue detenido en Parla (Madrid) el 8 de mayo del 2004. Por lo tanto ha pasado dos años en prisión provisional, el máximo que permite la ley sin que una autoridad judicial ordene una prórroga. Pero ni el juez Del Olmo ni la fiscal adscrita al sumario del 11-M, Olga Sánchez, se han dado cuenta de que en este caso se había cumplido el plazo. Como consecuencia, la magistrada que está sustituyendo la baja de Del Olmo, Teresa Palacios, no ha tenido más remedio que dejar en libertad a El Harrak.

No obstante, el acusado deberá acatar una serie de medidas cautelares destinadas a impedir su fuga. El Harrak deberá comparecer dos veces al día, una por la mañana y otra por la tarde, en el juzgado o la comisaría más cercana a su casa. Asimismo, se le ha retirado el pasaporte y se le ha prohibido no solo salir de España, sino también de la Comunidad de Madrid. La jueza ha solicitado además a la Dirección General de la Policía que instale dispositivos continuos de vigilancia en las proximidades de su casa.

COLABORACION Del Olmo acusa a El Harrak de un delito de colaboración con banda armada. El marroquí telefoneó varios días antes del 11-M a varios de los terroristas que se inmolaron en Leganés. Y, entre las ruinas, se encontró su número de teléfono.

El Harrak, de profesión encofrador, reconoció ante el juez que conocía a uno de los suicidas, Abdennabi Kounjaa, alias Abdallah , ya que ambos frecuentaban juntos varias mezquitas situadas en el barrio de Estrecho y Parla. En cuanto a las llamadas a los suicidas, se negó a revelar por qué las hizo.