El exencargado de negocios de la Embajada de España en Bagdad, Fernando Valderrama, asegura que el presidente del Gobierno, José María Aznar, tuvo un papel "decisivo" en la manipulación de informes sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y que justificaron la guerra contra ese país. Valderrama afirma en la revista La Clave que Exteriores exageró la amenaza que suponía el régimen de Sadam Husein.

Valderrama revela datos de las reuniones en el Ministerio de Exteriores a finales del 2002 y principios del 2003, meses antes de iniciarse la guerra. En la entrevista dice que "personas de confianza de la ministra Palacio presionaron a los diplomáticos para que sus informes se ajustaran a las tesis del Gobierno".

"Ante la inquietud de los diplomáticos que preguntaban qué ocurriría si los informes iban en dirección contraria a la que defendía el Gobierno, un director general del ministerio contestó: ´Eso no va a pasar y, si es preciso, esos informes serán manipulados´", dice. Según Valderrama, mientras estuvo en Bagdad, no le llegó ninguna información alarmista acerca de armas iraquís.