Ningún asomo de autocrítica. José María Aznar y Mariano Rajoy abandonaron ayer todo atisbo de contención y, pese a proclamar formalmente su respeto a la victoria del PSOE en las elecciones del 14-M, atribuyeron el resultado a la "carga emotiva" por la masacre de Madrid y a una campaña "antidemocrática e ilegal" dirigida por los socialistas contra los conservadores.

El presidente del Gobierno en funciones y el secretario general del PP lanzaron esta durísima acusación en la primera reunión de la junta directiva nacional del partido tras los comicios. En sendas intervenciones abiertas a los medios de comunicación, Aznar y Rajoy pasaron al contrataque tras el descalabro electoral y se esforzaron en ofrecer argumentos a los suyos para convencerlos de los beneficios de preservar la unidad del partido.

ULTIMO MOMENTO Aznar, que decidió a última hora tomar la palabra para "afrontar la realidad" en su condición de presidente del partido, acusó al PSOE y a "un poder fáctico fácilmente reconocible" --en alusión, según fuentes del Partido Popular, al grupo Prisa, propietario de El País y la Cadena SER-- de "violentar el luto y la reflexión de los españoles". Se refería así a las manifestaciones que se sucedieron la víspera electoral ante sedes del PP en distintas ciudades, en las que miles de ciudadanos reclamaron la verdad sobre la autoría de los atentados.

También desvinculó los ataques de la guerra de Irak. "Los atentados del 11 de marzo pudieron cometerse antes o después de la guerra de Irak, aleatoriamente", dijo. Alegó a modo de prueba que "los trabajadores de las Torres Gemelas" que murieron el 11-S del 2001 "no sabían que estaban amenazados".

Aznar criticó de nuevo a José Luis Rodríguez Zapatero por "ceder a toda prisa ante el terrorismo" con su anuncio de retirar las tropas españolas de Irak en junio próximo si no quedan bajo mandato de la ONU.

Rajoy, que abrió el acto, manifestó que el Gobierno siempre ofreció la información de la que disponía tras los atentados del 11-M y denunció que "quienes sí mintieron, sabiendo que mentían, fueron algunos políticos, como el portavoz del PSOE, y otros". El secretario general del PP y candidato derrotado a la Moncloa alegó que tras la masacre del 11-M se produjo una "presión vergonzosa y antidemocrática" ante las sedes populares y recordó que la Junta Electoral Central declaró "ilegales" las manifestaciones de la víspera electoral. Como consecuencia, añadió Rajoy, se produjo "un voto cargado de enorme emotividad".

Remató afirmando: "El PSOE ha ganado, y eso nadie lo discute. Pero el PSOE debe gobernar sabiendo las procedencias muy variadas y las razones muy variadas de los votos recibidos".