José María Aznar metió ayer terrorismo y debate territorial en un mismo saco al advertir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que la discusión sobre el modelo de Estado es "inseparable" de la que aborda el fin de ETA. El punto de partida de su razonamiento fue que la banda lleva "30 años matando para disgregar España". Acto seguido acusó a Zapatero de alentar a los terroristas con sus reformas territoriales, especialmente por "opinar que entre los Pirineos y el Estrecho hay varias naciones". Por último, concluyó que "cada paso que se da hacia la desarticulación del Estado" es "una victoria personal y un acicate" para los terroristas.

BALANCE DEL GOBIERNO Aznar hizo estas afirmaciones en la inauguración del campus de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que se celebra en Navacerrada. Nada más iniciar el discurso, quedó claro que la intervención serviría para descalificar el discurso territorial de Zapatero y, en general, toda la gestión del primer año de Gobierno.

Así, defendió que no había "ninguna necesidad" de reconsiderar el modelo de Estado de las autonomías y lamentó que la sociedad española tenga que asistir "boquiabierta" al debate sobre el concepto de nación en lugar de ocuparse de cuestiones de más altura, como la libertad y el "falso europeísmo" que vive el viejo continente.

Aznar también presumió de haber dejado a una España acostumbrada "a que la situación económica marche razonablemente bien" y vaticinó un declive por culpa de la "pereza o falta de pulso" del Gobierno. "Una economía no prospera no haciendo nada", sentenció. Su retrato de la situación tampoco dejó fuera la inmigración --criticó "los papeles para todos"-- ni la reforma educativa, que "reduce la calidad del sistema".