El expresidente del Gobierno, José María Aznar, dibujó ayer su balance del primer año de Gobierno de Zapatero. Tras calificar de "gran tragedia" el resultado de las elecciones vascas, Aznar advirtió de que el Ejecutivo socialista "se arrepentirá" por la presencia de EHAK en el Parlamento vasco y les culpó de ello. Pero fue más allá al interpretarlo como un paso más de una estrategia que provocó que el PP perdiera las elecciones el 14-M: "Se empieza culpando a un Gobierno de un atentado y se termina aceptando terroristas en las instituciones".

Ante más de un millar de personas, y arropado por los dirigentes de su partido, Aznar presentó en Madrid su libro, Retratos y perfiles. De Fraga a Bush (Planeta). Empezó recordando que ayer se cumplieron 10 años del día en que ETA intentó matarle, se congratuló de haber hecho del PP "un partido de centro" y definió las ideas liberales como "moralmente superiores" a las socialistas. Aznar dijo que el centro "se ha quedado solo defendiendo lo obvio: que España es plural pero una nación unida" y que nunca estará de acuerdo con Zapatero porque "acusa de fundamentalistas a los que defienden la Constitución".

"LA SENDA DE JUAN PABLO II" Al referirse a la reciente elección del cardenal Ratzinger como pontífice, dijo estar seguro de que "continuará la senda de Juan Pablo II" y se mostró de acuerdo con el ataque al relativismo que hizo Ratzinger recientemente aunque Aznar hablaba de Euskadi: "Ahora nos explican que todo es diferente a lo que parece y que el nuevo plan será distinto. Pero su consecuencia será igual".

Para ponerse de ejemplo, volvió a sus días en la Moncloa y recordó que en las relaciones internacionales "a veces hay que torcer el bigote para conseguir nuestros objetivos" y no decir "sí a todo". Sobre su política exterior, el expresidente dijo sentirse "orgulloso de haber estado en las Azores con Bush, Blair y Durao Barroso; tres grandes políticos y amigos", concluyó.