El futuro de las tropas españolas en Irak envenenó ayer la cita entre José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente saliente exigió a su sucesor que le aclarase "por escrito" si el Gobierno del PP, aún en funciones, debe o no relevar a los soldados el 21 abril, cuando expira su periodo máximo de estancia en Irak. Pero el líder socialista, según anunció el PSOE horas más tarde, se negó a otorgar ese aval a Aznar, al que instó a asumir sus responsabilidades mientras siga en el poder.

Pasado y presente se dieron cita en la Moncloa a las diez de la mañana. Durante hora y media, el aún presidente y su sustituto discutieron la agenda del Gobierno para ordenar el traspaso de poderes. Pero, pese a la protocolaria cordialidad, la cita entre Aznar y Zapatero no estuvo exenta de tensión. Su desencuentro se centró en el asunto que más ha crispado la vida política española: el apoyo del Gobierno a la guerra de Irak y su implicación militar en la ocupación.

ESTANCIA LIMITADA El calendario del contingente español en Irak tiene dos fechas marcadas en rojo: el 21 de abril y el 30 de junio. Esta última marca el fin de la misión de los 1.300 soldados instalados en Diwaniya, y es la fecha en la que Zapatero ha prometido retirar las tropas si el Consejo de Seguridad de la ONU no ha asumido el control de Irak. EEUU y el Reino Unido ya han empezado a negociar el texto de una resolución que satisfaga la exigencia del líder del PSOE, aunque el escrito no llegará a la ONU hasta mayo.

El 21 de abril, el Consejo de Ministros deberá acordar el envío de un contingente de soldados de refresco que reemplacen a los que llegaron en diciembre. Los riesgos de la misión y las inclemencias meteorológicas imponen que ningún militar pase en Irak más de cuatro meses, por lo que estas tropas deben ser sustituidas antes de un mes.

Como este relevo requiere de complejos preparativos que deben empezar antes de que Zapatero llegue a la Moncloa, Aznar le reclamó ayer que le remita un informe sobre la postura del PSOE. Es decir, le emplazó a avalar por escrito el envío de estas tropas aunque carezcan de mandato de la ONU, corresponsabilizándose de ese modo políticamente de la misma misión que rechazó cuando estaba en la oposición. "Yo estoy en funciones para todo", le espetó Aznar.

Ayer, desde el mediodía y hasta última hora de la tarde, el Gobierno y el PSOE ofrecían la misma información: que Aznar había pedido este dosier y Zapatero había prometido enviárselo en breve. Pero algo cambió a las ocho de la tarde, cuando súbitamente el PSOE pasó a negar que su secretario general hubiera adquirido tal compromiso, mientras altos cargos de la Moncloa, confesándose sorprendidos, mantenían su versión inicial.

"TRAMITE" Según la dirección socialista, Zapatero preguntó a Aznar si el relevo del 21 de abril es una medida "de trámite" o si implicará un aumento de la presencia española en Irak. Ante la falta de respuesta, Zapatero dedujo que, mientras no llegue a la Moncloa, no podrá aclarar esa incógnita, por lo que decidió negar a Aznar el cheque en blanco que le pedía con la respuesta por escrito. Fuentes próximas a Zapatero no descartaron que, para disipar estas dudas, el líder socialista tenga que volver a reunirse con Aznar.

Menos conflictivo fue el otro apartado de la política internacional abordado: la cumbre de Bruselas y la futura Constitución europea. Un texto cuya aprobación bloqueó Aznar por entender que el sistema de votación perjudicaba a España, y que Zapatero quiere consensuar con los restantes países de la UE.