El presidente del Gobierno, José María Aznar, manifestó ayer su voluntad de llevar adelante su "ofensiva contra el terrorismo y la inseguridad" aunque las medidas del Gobierno no obtengan el apoyo de la oposición.

En declaraciones, sin micrófonos, a los periodistas invitados a la recepción ofrecida por el rey Juan Carlos con motivo de la Pascua Militar, el jefe del Ejecutivo dijo que "la ofensiva en seguridad, contra el terrorismo y la delincuencia está en marcha y se va a llevar adelante al cien por cien, sin pasos atrás y con todas las consecuencias".

Cuando una periodista le preguntó: "¿Con o sin consenso?", Aznar contestó: "Efectivamente, con todas las consecuencias y por iniciativa propia", dando a entender que el valor del acuerdo con el PSOE y los nacionalistas catalanes y canarios será secundario y que no asumirá enmiendas sustanciales a sus textos.

Después de proponer elevar la prisión efectiva de 30 a 40 años para terroristas y autores de crímenes graves, el Gobierno se dispone a modificar la ley de enjuiciamiento criminal en el Consejo de Ministros del viernes para endurecer la prisión preventiva.

MENSAJE DEL MONARCA

El Gobierno espera que esta reforma sea aprobada por el Parlamento en el próximo periodo de sesiones y pueda ser aplicada en primavera, junto a la implantación de los juicios rápidos y de nuevas medidas para garantizar que los pequeños delincuentes multirreincidentes vayan a prisión y para expulsar a los extranjeros sin papeles que cometan un delito. La dureza legal contra la inseguridad ciudadana forma parte de la oferta electoral del PP ante las elecciones locales y autonómicas de mayo.

Previamente, el rey Juan Carlos había pedido en su discurso institucional que se hagan esfuerzos y se "redoble el compromiso de nuestra sociedad para combatir el terrorismo con todos los medios que nos proporciona el Estado de Derecho, en defensa de la libertad y de la democracia".

En su mensaje a las Fuerzas Armadas, el Rey insistió en que "el terrorismo es inaceptable" y supone "un ataque brutal a los derechos más elementales del hombre" al tiempo que resaltó la "deuda de gratitud y solidaridad inexcusable" con las víctimas.